Maná Diario Celestial
de Abril
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1 de
Abril
“Velad y orad, para que
no entréis en tentación.”
Marcos
14:38
Cuál puede ser el carácter de las tentaciones, no lo
podemos discernir claramente hasta que ellas están sobre nosotros;
porque si supiéramos todo acerca de ellas por adelantado serían
tentaciones muy débiles. Velad, por tanto y orad siempre; porque el
único camino seguro es estar preparados; porque nuestro adversario,
el diablo, esta buscando a quién devorar, él conoce nuestros puntos
débiles, y está listo para tomar ventaja de ellos. Necesitaremos
tanto la gracia del Espíritu en nuestro corazón, como también la
“gracia que ayuda en tiempo de necesidad” del Señor, si queremos
vencer. Z.’03-119 |
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2 de
Abril
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos
bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
Gálatas
6:10
El cristiano debe estar listo para hacer el bien a
todos los hombres a expensas de su propio tiempo y conveniencia a
todos los hombres, pero debe estar listo para entregar su vida por
los hermanos, debe buscar oportunidades para entregar su vida día
tras día, en el sentido de dar su tiempo para comunicar la verdad, o
ayudar a los hermanos del Señor en cualquier forma, para vestir toda
la armadura de Dios, y resistir en el día malo. Z.’03-121 |
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3 de
Abril
“La noche está avanzada, y se acerca el día.
Desechemos, pues las obras de las tinieblas, y vistámonos las
armas de la luz.”
Romanos
13:12
Las obras de las tinieblas serán cualquier obra que
no resista una completa investigación; que no se aprobarán a la luz
de la nueva dispensación, si fuera completamente anunciada.
Recordemos que pertenecemos a la nueva dispensación, y no a la
vieja, y debemos, por tanto vivir de acuerdo a nuestra ciudadanía y
nuestras responsabilidades hacia el príncipe de luz y en oposición
al príncipe de las tinieblas, sus obras y sus métodos. Z.’03-122 |
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4 de
Abril
“Andemos como de día,
honestamente.”
Romanos
13:13
Cada uno debiera cuidar el ser honesto, no sólo en
asunto de dinero, sino también honesto en su trato con sus vecinos,
con los hermanos, y sobretodo honesto en confesiones respecto de su
Dios y a su fe. La prueba esta siendo hecha en este sentido, y
aquellos que aman el favor de los hombres más que el favor de Dios,
y que deshonestamente están dispuestos a confesar y profesar una
mentira, serán entregados a sus mentiras, se les permitirá arruinar
sus intereses eternos, se probarán a si mismos inadecuados para el
reino, cualquiera sea el asunto para el que finalmente resulten
aptos. Z.’03-122 |
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5 de
Abril
“Con labios de júbilo te alabaré mi boca, cuando
me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las
vigilias de la noche.”
Salmos
63:5,6
La oración no es solamente un privilegio, sino
también una necesidad, ordenada como indispensable para nuestro
crecimiento cristiano. Cualquiera que pierda el deseo de agradecer,
y adorar, y comulgar con el Padre de misericordia, puede estar
seguro que está perdiendo el verdadero espíritu de filiación, y
debiera buscar rápidamente remover la barrera, sea el mundo, la
carne o el maligno. Cada evidencia adicional de la confianza del
Señor en nosotros por su revelación de su carácter y plan, lejos de
disminuir nuestra adoración y oraciones, debiera multiplicarlas. Si
nuestros corazones son un buen suelo producirán en forma abundante.
Z.’96-161 |
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6 de
Abril
“Si alguno padece como
cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” I
Pedro 4:16
Enfermedad e incomodidad de cualquier clase, como
resultado de nuestra energía en el servicio de la verdad, son
permitidas por nuestro Padre como evidencias de nuestra fidelidad y
amor; porque si no estamos sujetos a tales tribulaciones, o si somos
relevados de ellas instantáneamente por un milagro, el servicio del
Señor no nos costaría sacrificio y la prueba de nuestra buena
voluntad para soportar dificultades por amor a la verdad sería
deficiente. Sin embargo cada dolor o pena, o herida personal del
cuerpo o los sentimientos, o muerte en el sentido social o literal
por amor a la verdad, se convierte en un testimonio del Espíritu,
testificando nuestra fidelidad. Y en todas estas tribulaciones
debemos regocijarnos grandemente, como dice nuestro Señor y el
Apóstol Pedro. Z.’96-166 |
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7 de
Abril
“Mi Dios, pues, suplirá
todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús.”
Filipenses
4:19
Si no tenéis un celo ardiente para predicar las
buenas nuevas de gran gozo, orad en forma sincera, fiel y
persistente por él, esforzaos por él, y pronto lo tendréis. Si
tenéis celo y amor por el evangelio, y falta de habilidad para
presentarlo, orad por la habilidad mientras hacéis pleno uso de lo
que tenéis. Si tenéis celo y habilidad y falta de oportunidad,
llevad esto al Señor en oración tan pronto como podáis, diciéndole
que estáis usando fielmente todas las oportunidades que tenéis.
Luego esperad por más oportunidades, sin retener vuestra mano en
usar hasta lo más humilde y pequeño que esté a vuestro alcance.
Z.’96-163 |
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8 de
Abril
“Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere,
no agradará a mi alma.”
Hebreos
10:38
El retroceso puede ser al principio una desviación
muy leve del camino angosto de sacrificio, quizás sólo una mirada
atrás, con un suspiro por las cosas dejadas atrás; una pequeña
disminución en la carrera puesta delante de nosotros. Luego una
pequeña disposición a comprometer la Verdad en favor de los deseos
de la naturaleza caída. Así el camino está preparado para las
artimañas del tentador, que es rápido al notar nuestros puntos
débiles, y tomar ventaja de ellos en la manera que mejor se adapta a
nuestro caso. Sutiles errores se aplican contra el juicio,
agradables encantos con una muestra de justicia, son presentados a
la mente carnal; y casi imperceptiblemente, el alma olvida su
“primer amor” por el Señor y su primer celo por su servicio, y se
aparta de la verdad y de su espíritu, no siendo guiada por más
tiempo por el Espíritu Santo de Dios. Z.’95-93 |
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9 de
Abril
“¿No sabéis que los que corren en el estadio,
todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio?
Corred de tal manera que lo obtengáis.” I
Corintios 9:24
Para ganar la victoria no sólo debemos vestir la
armadura de Dios, sino también ser héroes en la lucha, y librar una
agresiva batalla contra los deseos de los ojos, carne y orgullo de
la vida, y todos los enemigos de la justicia y la pureza. El amor
(amor por el Señor, por la verdad y por la justicia) debe
inspirarnos o nunca seremos victoriosos. Sólo el amor nos mantendrá
fieles hasta la muerte, y nos permitirá encontrarnos con la herencia
de los santos de luz. Donde el amor ferviente sigue el corazón,
implica que el corazón esta plenamente sometido al Señor, y esto
significa que el noventa por ciento de la batalla ya está ganado.
Pero aún entonces, como dice el apóstol (Judas 21), debemos
conservarnos en el amor de Dios, en vigilia, oración y celo; y la
gracia abundará donde el amor abunde. Z.’95-93 |
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10 de
Abril
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que él os exalte cuando fuere el tiempo.” I
Pedro 5:6
En
verdad no es un asunto fácil andar por la senda de la humildad,
refrenar continuamente las aspiraciones humanas y mantener el
sacrificio en el altar hasta que esté completamente consumido. Pero
es así como debemos trabajar nuestra propia valoración en el alto
llamamiento con temor y temblor, no sea que quedemos escasos de
dignidad para el premio del supremo llamamiento prometido a los
fieles vencedores que andan fielmente en las pisadas de nuestro
bendito precursor… quien era manso y humilde de corazón.
Es cuando somos así humildes y fieles que el Señor
nos hace sus vasos elegidos para llevar su nombre a otros. Así
vacíos de nosotros mismos, Él puede llenarnos con su espíritu y con
su verdad, y podremos avanzar fortalecidos en el Señor de los
ejércitos y en su admirable poder, para hacer valioso servicio como
soldados de la cruz. Z.’03-123 |
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11 de
Abril
“Andemos como de día, honestamente; no en
glotonerías y borracheras.” Romanos
13:13
Algunos tienen un anhelo ardiente por el dinero, la
riqueza; otros por los negocios; otros por el vestir; otros por la
música, otros por el arte; pero como pueblo del Señor, que ha
obtenido un vislumbre del nuevo día, y la gran obra de Dios que será
llevada a cabo en aquel día, nuestros corazones debieran estar tan
compenetrados en la obra de Dios que estos asuntos, que pueden
presentarse bastante apropiados y bastante justos para otros, gente
mundana (porque ellos no están despiertos como lo estamos nosotros,
y porque no ven el futuro como lo vemos nosotros), deben estar lejos
de nuestra concepción y de nuestro curso. Z.’03-123 |
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12 de
Abril
“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la
comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos ¿no es la
comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan,
nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo.”
I
Corintios 10:16,17
Es una sola copa, aunque sea el jugo de muchas uvas,
así como es un solo pan, aunque provenga de muchos granos. Los
granos no pueden mantener su individualidad y su propia vida si van
a convertirse en pan para otros; las uvas no pueden mantenerse a sí
mismas como uvas si van a constituir el espíritu dador de vida; y
así vemos la belleza de la declaración del apóstol que el pueblo del
Señor participa en un pan y una copa. No hay otra forma en que
podamos obtener la nueva naturaleza que aceptando la invitación del
Señor a beber su copa, y ser partidos con Él como miembros de un
único pan, y para ser sepultados con Él, en el bautismo en Su
muerte, y así obtener en Su resurrección gloria, honor e
inmortalidad. Z.’01-76 |
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13 de
Abril
“Si no coméis la carne del hijo del hombre, y
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.”
Juan
6:53
Con regocijo, amado Señor, comemos (nos apropiamos
para nuestras necesidades) el mérito de Tu pura naturaleza
sacrificada por nosotros, para nuestra justificación. Con gozo,
también, participaremos de la copa de sufrimiento contigo,
comprendiéndolo como un bendito privilegio el sufrir contigo, para
que a su debido tiempo también podamos vivir contigo; estar muertos
contigo, y ser como Tú y compartir Tu amor y Tu gloria como Tu
esposa. ¡Oh! Que podamos ser fieles, no sólo en la realización del
símbolo, sino también en la realidad. Bendito Señor, oímos Tu
Palabra diciendo; “de su vaso beberéis, y con el bautismo con que yo
soy bautizado, seréis bautizados”. Señor, no somos capaces por
nosotros mismos de sacrificarnos así; pero Tu gracia es suficiente
para nosotros, porque somos enteramente Tuyos, ahora y para
siempre. Z.’99-51 |
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14 de
Abril
“Derramó su vida hasta
la muerte, y fue contado con los transgresores.” Isaías
53:12
Así como cada uno de nosotros que sigue las pisadas
del Maestro debe experimentar algunos de los sufrimientos de
Getsemaní, también cada uno debe haber probado por lo menos de todas
las experiencias del Maestro. No olvidemos, entonces, buscar
oportunidades para servir a los “hermanos”, los “pequeños” miembros
del cuerpo de Cristo. Seamos cuidadosos de no añadir a los
vituperios que deben seguir a todos los seguidores del Cordero, sino
por lo contrario, ofrecer palabras de simpatía, y ayudar a llevar
las cruces de otros, sus dificultades y pruebas en el camino. Así
es como mejor podemos mostrar a nuestro Señor y Cabeza, como
hubiéramos apreciado la oportunidad de ayudarle a Él a cargar su
cruz en el camino del Calvario. Z.’99-125 |
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15 de
Abril
“Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu.” Lucas
23:46
Con plena confianza nuestro amado Redentor levantó su
vista al Padre, y lleno de fe declaró que Él encomendaba toda su
vida y todas sus benditas esperanzas para el futuro al amor del
Padre y al poder del Padre, para ser provisto en armonía con el plan
y la Palabra del Padre. Y así nosotros, como seguidores de las
pisadas de nuestro Maestro, debemos esperar con fe, y en nuestra
hora de muerte encomendar todos nuestros intereses al cuidado de Él
que ha manifestado su amor por nosotros, no sólo en el don de su
hijo como nuestro Redentor, sino durante todo nuestro peregrinar, en
su providencial cuidado, así como también en las preciosas y
grandísimas promesas que van delante de nosotros y nos dan fuerza,
consuelo y seguridad. Z.’99-128 |
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16 de
Abril
“Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová
de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré,
como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.”
Malaquías
3:17
Si el Señor nos hubiera enviado a buscar su
Desposada, nos hubiéramos reunido con algunos que Él rechaza como
indignos, porque somos incapaces de leer el corazón. Este
pensamiento debe hacernos muy humildes, gentiles y mansos con todos,
y muy confiados en el Señor, y muy inclinados a buscar su guía con
respecto a nuestras labores como sus siervos, así como Samuel acudió
al Señor con la unción de David. Z.’03-223 |
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17 de
Abril
“Pero la unión que vosotros recibisteis de él
permanece en vosotros.” I
Juan 2:27
La bendición y el poder del Señor acompañaron la
unción de David de alguna manera, que quizás no podamos entender,
capacitándolo para progresar en conocimiento, etc., y adaptándolo y
preparándolo para los deberes del oficio para el cual había sido
ungido. ¿No podemos considerar como un anticipo de esto, la unción
que viene sobre la iglesia desde el tiempo de su aceptación del
Señor? La nuestra no es una unción física, ni las bendiciones
conferidas de un carácter temporal: es como Nuevas Criaturas que
crecemos en gracia, conocimiento y amor; y es como Nuevas Criaturas
que luego, seremos perfeccionados en la Primera Resurrección y
llegaremos al trono con nuestro Señor y Maestro como nuestra
Cabeza. Z.’03-223 |
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18 de
Abril
“Amados no os sorprendáis del
fuego de prueba que os ha sobrevenido como si alguna cosa
extraña os aconteciere, sino gozaos por cuanto sois
participantes de los padecimientos de Cristo, para que también
en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.” I
Pedro 4:12,13
En un mundo hostil sólo podemos esperar recibir los
vituperios de nuestro Maestro, porque el siervo no está sobre su
Señor. El mundo, la carne y el diablo se oponen a nuestro camino:
hay luchas interiores y miedos exteriores y muchas son las flechas y
dardos ardientes dirigidos a los justos. Pero ¿cuál es la actitud
segura del alma que está bajo aflicciones y severas pruebas? ¿No es
en silencio ante Dios, esperando y velando para ver primeramente su
guía, su voluntad, en cada asunto antes de atreverse a tocar cosas
que a menudo envuelven demasiado? Así lo sugiere el Salmista,
diciendo: “Enmudecí con silencio, me callé aún respecto de lo bueno”
[aun de hacer o decir lo que parecía bueno a mi propia vista].
Z.’96-31 |
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19 de
Abril
“Porque de la abundancia del corazón habla la
boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas
cosas y el hombre malo, del mal corazón saca malas cosas.” Mateo
12:34,35
Nuestra primera preocupación, debe ser entonces por
el corazón, que sus afectos y disposiciones puedan estar plenamente
bajo el control de la gracia divina; que cada principio de verdad y
rectitud puede ser encontrado allí; que la justicia, la
misericordia, la benevolencia, el amor fraternal, el amor, la fe, la
mansedumbre, la temperancia, la suprema reverencia por Dios y por
Cristo, y un ferviente amor por todas las bellezas de la santidad,
puedan estar plenamente fijados como principios gobernantes de la
vida. Si estos principios están fijados, establecidos en el
corazón, entonces de los buenos tesoros del corazón la boca hablará
palabras de verdad, sobriedad, sabiduría y gracia. Z.’96-30 |
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20 de
Abril
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más
será fiel.” Lucas
16:10
Esto no significa que el pueblo del Señor debe estar
contento con la rutina usual de la vida diaria en el hogar o en el
negocio, y deban decirse a si mismos, “Dios acepta mi labor como si
fuera hecha para Él en alguna otra forma más deseable”, sino que
significa que cada persona aquí situada debiera día tras día revisar
sus deberes y obligaciones terrenales para ver en que manera puede
justa y apropiadamente sacar momentos, horas y días del servicio de
las cosas e intereses terrenales que ahora pueden darse en
sacrificio por cosas e intereses espirituales de sí mismos o de
otros. El corazón consagrado, el sacerdote que sacrifica, es aquel
que utilizará mejor los momentos a medida que vuelan rápidamente,
usándolos tanto como sea posible en los negocios del Padre.
Z.’03-407 |
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21 de
Abril
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede
compadecerse de nuestras propias debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos
4:15, 16
En el momento de la tentación el corazón debiera
elevarse hacia el Gran Maestro en plena seguridad de fe,
reconociendo Su amor, Su sabiduría, Su habilidad para ayudarnos, y
Su deseo de hacer que todas las cosas obren juntas para el bien de
aquellos que lo aman. Pidiendo por ayuda en aquellos momentos de
necesidad seguramente traeremos hacia nosotros el consejo del Señor,
el auxilio y la fuerza para la justicia, la verdad, la pureza y el
amor; y así seremos victoriosos en cada hora, en cada día y
finalmente victoriosos. Z.’98-23 |
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22 de
Abril
“Mas yo os digo que toda palabra ociosa [inútil o
perniciosa] que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el
día del juicio.” Mateo
12:36
Si, en el diario escrutinio de nuestros caminos, que
es el deber de cada cristiano, descubrimos que en algún momento
nuestras palabras han sido deshonrosas hacia el Señor, debemos
recordar que en el nombre de nuestro Abogado podemos acercarnos al
trono de la gracia, explicar a nuestro Padre Celestial nuestra
comprensión del error, nuestro profundo remordimiento por nuestra
falla en honrar Su nombre y su causa por medio de una conducta y
conversación santas, y humildemente requerir que el pecado no sea
contado, sino que pueda ser borrado por medio de Su graciosa
provisión de nuestra purificación mediante Cristo, declarando
humildemente que Su preciosa sangre es toda nuestra esperanza y
verdad. Así debiéramos rendir cuentas por cada palabra ociosa; y
por nuestras palabras de arrepentimiento, complementadas por los
méritos de Cristo aplicados por fe, seremos absueltos. Z.’96-32 |
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23 de
Abril
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los
que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan
fruto con perseverancia.” Lucas
8:15
El que desea sacrificarse debe ser por necesidad
manso, humilde, enseñable; de otra manera, en muy poco tiempo se
saldrá del camino. También debe aprender a desarrollar la gracia
del Señor en la paciencia, porque ciertamente requiere paciencia
negarnos a nosotros mismos y someternos a veces a la injusticia
cuando no hay medios apropiados para evitarla sin hacer daño a la
causa del Señor o a alguno de Su pueblo. También implica cultivar
el amor fraternal y, en una palabra, el desarrollo de la entera
voluntad de Dios en nuestros corazones y vidas; a saber, el amor,
que debe ser obtenido en una gran medida, antes que hayamos
completado nuestra obra terrenal de sacrificio. Z. ’03-408 |
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24 de
Abril
“Cada uno de nosotros agrade a
su prójimo en lo que es bueno, para edificación.” Romanos
15:2
La lección para cada miembro del Real Sacerdocio es
que la misión especial de su oficio, su vocación, su llamado en el
tiempo presente es el sacrifico… Una forma de servicio
frecuentemente no discernida por el Real Sacerdocio es la
oportunidad de renunciar a nuestros propios caminos y planes,
nuestros propios métodos y preferencias, y en beneficio de la paz,
aceptar en su lugar los planes y las preferencias de otros, cuando
es solamente un asunto de preferencia personal, y cuando creamos que
el Señor estará satisfecho con ambas opiniones. En beneficio de la
paz, podemos sacrificar nuestras preferencias a los deseos de otros
si vemos que puede ganarse algún bien por tal proceder. Z.’03-406,
407 |
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25 de
Abril
“Pero sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Hebreos
11:6
“Conforme a vuestra fe os sea
hecho”, pareciera ser el método del Señor para relacionarse con
todos aquellos que son sus discípulos, desde el principio hasta el
final de su camino y en su experiencia como cristianos. Fe cuando
parece que Él no nos presta atención; Fe cuando las cosas parecen
ir en prosperidad para nosotros, en nuestros asuntos espirituales y
en nuestros asuntos temporales y fe igualmente fuerte cuando las
corrientes y las fuerzas parecen estar todas en nuestra contra.
La victoria que vence al mundo es la fe que en todas
las condiciones es capaz de mirar hacia el Señor con absoluta
confianza en Su bondad y fidelidad, y comprender que de acuerdo con
Su promesa, finalmente todas las cosas resultarán para nuestro bien
porque somos Su pueblo. Z.’00-139 |
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26 de
Abril
“Porque el que ha entrado en su reposo, también
ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.” Hebreos
4:10
En lugar de pedirnos uno de cada siete días, la ley
de amor realmente controla, regula nuestro tiempo entero; siete días
a la semana debemos amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro
corazón, mente, alma y fuerza; y siete días a la semana debemos amar
a nuestro prójimo como a nosotros mismos; y también siete días a la
semana debemos descansar: descansar de nuestras propias obras,
descansar por fe en la obra terminada de Cristo, descansar en el
amor de Dios, descansar en la paz de Dios que sobrepasa todo
entendimiento, rigiendo en nuestros corazones continuamente.
Z.’02-205 |
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27 de
Abril
“Haya, pues, en nosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús.” Filipenses
2:5
Tener el sentir de Cristo es en verdad el único
requisito de legítimo esfuerzo: un sentir que humilde y fielmente se
somete a sí mismo, a la voluntad de Dios como está expresada en Su
gran plan de las edades, y que dedica toda energía al cumplimiento
de Su voluntad, a causa de una compresiva apreciación de los fines
que Él tiene en vista. Si estamos así llenos del mismo sentir que
hubo en Cristo Jesús, nosotros, como Él, desearemos estar tan libres
como sea posible, del enredo de los asuntos terrenales, y tener
nuestro tiempo tan libre como sea posible para el servicio del
Señor, y para consagrar toda energía, habilidad y esfuerzo a este
servicio. Z.’02-265 |
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28 de
Abril
“Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que
la tribulación produce paciencia, y la paciencia, prueba; y las
pruebas, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor
de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado.” Romanos
5:3-5
Tenemos necesidad de paciencia, y ésta sólo puede
obtenerse por medio de las pruebas. Tenemos necesidad de fe, y ésta
sólo puede ser desarrollada por medio de necesidades. Tenemos
necesidad de experiencia para nuestro futuro trabajo, que sólo puede
obtenerse por medio de experiencias tales que nos permiten ser
conmovidos con el sentir de las enfermedades, dificultades y pruebas
de aquellos que nos rodean, de quienes seremos ministros y
representantes cuando alcancemos el trono. Para nosotros, entonces,
la lección de las presentes experiencias es resistir el mal, y no
con mal sino con el bien. Z.’03-348 |
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29 de
Abril
“Me invocará, y yo le responderé; con él estaré
yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.” Salmos
91:15
Es siempre un bendito privilegio llevar nuestras
penas y aflicciones al Señor: “Porque Él sabe cómo sacar la amargura
de las aflicciones de la vida.”
El lo hace mostrándonos, por medio de la experiencia,
la vanidad de todas las cosas terrenales y su absoluta incapacidad
de satisfacer los anhelos del alma, o de consolar al espíritu
herido. Entonces viene el pensamiento que aunque nuestras
experiencias sean angustiantes, pronto terminarán; y que si las
soportamos así, ellas sólo producirán en nosotros los apacibles
frutos de la justicia, y desarrollarán en nosotros caracteres nobles
y vigorosos, disciplinados para un completo autocontrol, solícita
consideración, paciente sufrimiento de la aflicción y amorosa
lealtad, fidelidad y confianza en Dios. Z.’96-31 |
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30 de
Abril
“Mas vosotros sois
linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó
de las tinieblas a su luz admirable.” I
Pedro 2:9
El real propósito de nuestro llamado a esta luz es
que podamos dejarla brillar. Si no la dejamos brillar, somos
indignos de ella, y el tesoro será quitado y seremos dejados en las
tinieblas. Si en verdad hemos recibido la luz y nos hemos
consagrado plenamente a Dios, preguntémonos: ¿Qué estoy haciendo
para anunciar las virtudes de Aquél que me llamó de las tinieblas?
¿Estoy anunciando estas buenas nuevas a mis vecinos cercanos y
lejanos? ¿Puedo verdaderamente afirmar que soy:
“Todo por Jesús, todo por Jesús, todos los poderes de
mi redimido ser; todos mis pensamientos, y palabras, y obras, todos
mis días y mis horas”? Z.’03-165 |
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