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Maná Diario Celestial

de Abril

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de Abril

“Velad y orad, para que no entréis en tentación.”    Marcos 14:38

Cuál puede ser el carácter de las tentaciones, no lo podemos discernir claramente hasta que ellas están sobre nosotros; porque si supiéramos todo acerca de ellas por adelantado serían tentaciones muy débiles.  Velad, por tanto y orad siempre; porque el único camino seguro es estar preparados; porque nuestro adversario, el diablo, esta buscando a quién devorar, él conoce nuestros puntos débiles, y está listo para tomar ventaja de ellos.   Necesitaremos tanto la gracia del Espíritu en nuestro corazón, como también la “gracia que ayuda en tiempo de necesidad” del Señor, si queremos vencer.  Z.’03-119

de Abril 

“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.” Gálatas 6:10

El cristiano debe estar listo para hacer el bien a todos los hombres a expensas de su propio tiempo y conveniencia a todos los hombres, pero debe estar listo para entregar su vida por los hermanos, debe buscar oportunidades para entregar su vida día tras día, en el sentido de dar su tiempo para comunicar la verdad, o ayudar a los hermanos del Señor en cualquier forma, para vestir toda la armadura de Dios, y resistir en el día malo.  Z.’03-121

de Abril

“La noche está avanzada, y se acerca el día.  Desechemos, pues las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.”   Romanos 13:12

Las obras de las tinieblas serán cualquier obra que no resista una completa investigación; que no se aprobarán a la luz de la nueva dispensación, si fuera completamente anunciada.  Recordemos que pertenecemos a la nueva dispensación, y no a la vieja, y debemos, por tanto vivir de acuerdo a nuestra ciudadanía y nuestras responsabilidades hacia el príncipe de luz y en oposición al príncipe de las tinieblas, sus obras y sus métodos.  Z.’03-122

de Abril 

“Andemos como de día, honestamente.” Romanos 13:13

Cada uno debiera cuidar el ser honesto, no sólo en asunto de dinero, sino también honesto en su trato con sus vecinos, con los hermanos, y sobretodo honesto en confesiones respecto de su Dios y a su fe.  La prueba esta siendo hecha en este sentido, y aquellos que aman el favor de los hombres más que el favor de Dios, y que deshonestamente están dispuestos a confesar y profesar una mentira, serán entregados a sus mentiras, se les permitirá arruinar sus intereses eternos, se probarán a si mismos inadecuados para el reino, cualquiera sea el asunto para el que finalmente resulten aptos.  Z.’03-122

de Abril 

“Con labios de júbilo te alabaré mi boca, cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de la noche.”  Salmos 63:5,6

La oración no es solamente un privilegio, sino también una necesidad, ordenada como indispensable para nuestro crecimiento cristiano.  Cualquiera que pierda el deseo de agradecer, y adorar, y comulgar con el Padre de misericordia, puede estar seguro que está perdiendo el verdadero espíritu de filiación, y debiera buscar rápidamente remover la barrera, sea el mundo, la carne o el maligno.  Cada evidencia adicional de la confianza del Señor en nosotros por su revelación de su carácter y plan, lejos de disminuir nuestra adoración y oraciones, debiera multiplicarlas.  Si nuestros corazones son un buen suelo producirán en forma abundante.  Z.’96-161

de Abril

“Si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” I Pedro 4:16

Enfermedad e incomodidad de cualquier clase, como resultado de nuestra energía en el servicio de la verdad, son permitidas por nuestro Padre como evidencias de nuestra fidelidad y amor; porque si no estamos sujetos a tales tribulaciones, o si somos relevados de ellas instantáneamente por un milagro, el servicio del Señor no nos costaría sacrificio y la prueba de nuestra buena voluntad para soportar dificultades por amor a la verdad sería deficiente.  Sin embargo cada dolor o pena, o herida personal del cuerpo o los sentimientos, o muerte en el sentido social o literal por amor a la verdad, se convierte en un testimonio del Espíritu, testificando nuestra fidelidad.  Y en todas estas tribulaciones debemos regocijarnos grandemente, como dice nuestro Señor y el Apóstol Pedro.  Z.’96-166

de Abril

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”    Filipenses 4:19

Si no tenéis un celo ardiente para predicar las buenas nuevas de gran gozo, orad en forma sincera, fiel y persistente por él, esforzaos por él, y pronto lo tendréis.  Si tenéis celo y amor por el evangelio, y falta de habilidad para presentarlo, orad por la habilidad mientras hacéis pleno uso de lo que tenéis.  Si tenéis celo y habilidad y falta de oportunidad, llevad esto al Señor en oración tan pronto como podáis, diciéndole que estáis usando fielmente todas las oportunidades que tenéis.  Luego esperad por más oportunidades, sin retener vuestra mano en usar hasta lo más humilde y pequeño que esté a vuestro alcance.  Z.’96-163

de Abril

“Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.”   Hebreos 10:38

El retroceso puede ser al principio una desviación muy leve del camino angosto de sacrificio, quizás sólo una mirada atrás, con un suspiro por las cosas dejadas atrás; una pequeña disminución en la carrera puesta delante de nosotros.  Luego una pequeña disposición a comprometer la Verdad en favor de los deseos de la naturaleza caída.  Así el camino está preparado para las artimañas del tentador, que es rápido al notar nuestros puntos débiles, y tomar ventaja de ellos en la manera que mejor se adapta a nuestro caso.  Sutiles errores se aplican contra el juicio, agradables encantos con una muestra de justicia, son presentados a la mente carnal; y casi imperceptiblemente, el alma olvida su “primer amor” por el Señor y su primer celo por su servicio, y se aparta de la verdad y de su espíritu, no siendo guiada por más tiempo por el Espíritu Santo de Dios.  Z.’95-93

de Abril

“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio?  Corred de tal manera que lo obtengáis.” I Corintios 9:24

Para ganar la victoria no sólo debemos vestir la armadura de Dios, sino también ser héroes en la lucha, y librar una agresiva batalla contra los deseos de los ojos, carne y orgullo de la vida, y todos los enemigos de la justicia y la pureza.  El amor (amor por el Señor, por la verdad y por la justicia) debe inspirarnos o nunca seremos victoriosos.  Sólo el amor nos mantendrá fieles hasta la muerte, y nos permitirá encontrarnos con la herencia de los santos de luz.  Donde el amor ferviente sigue el corazón, implica que el corazón esta plenamente sometido al Señor, y esto significa que el noventa por ciento de la batalla ya está ganado.  Pero aún entonces, como dice el apóstol (Judas 21), debemos conservarnos en el amor de Dios, en vigilia, oración y celo; y la gracia abundará donde el amor abunde.  Z.’95-93

10 de Abril

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere el tiempo.”  I Pedro 5:6

En verdad no es un asunto fácil andar por la senda de la humildad, refrenar continuamente las aspiraciones humanas y mantener el sacrificio en el altar hasta que esté completamente consumido.  Pero es así como debemos trabajar nuestra propia valoración en el alto llamamiento con temor y temblor, no sea que quedemos escasos de dignidad para el premio del supremo llamamiento prometido a los fieles vencedores que andan fielmente en las pisadas de nuestro bendito precursor…  quien era manso y humilde de corazón.

Es cuando somos así humildes y fieles que el Señor nos hace sus vasos elegidos para llevar su nombre a otros.  Así vacíos de nosotros mismos, Él puede llenarnos con su espíritu y con su verdad, y podremos avanzar fortalecidos en el Señor de los ejércitos y en su admirable poder, para hacer valioso servicio como soldados de la cruz.  Z.’03-123

 

11 de Abril 

“Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras.”  Romanos 13:13

Algunos tienen un anhelo ardiente por el dinero, la riqueza; otros por los negocios; otros por el vestir; otros por la música, otros por el arte; pero como pueblo del Señor, que ha obtenido un vislumbre del nuevo día, y la gran obra de Dios que será llevada a cabo en aquel día, nuestros corazones debieran estar tan compenetrados en la obra de Dios que estos asuntos, que pueden presentarse bastante apropiados y bastante justos para otros, gente mundana (porque ellos no están despiertos como lo estamos nosotros, y porque no ven el futuro como lo vemos nosotros), deben estar lejos de nuestra concepción y de nuestro curso.  Z.’03-123

12 de Abril

“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?  El pan que partimos ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?  Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo.”   I Corintios 10:16,17

Es una sola copa, aunque sea el jugo de muchas uvas, así como es un solo pan, aunque provenga de muchos granos.  Los granos no pueden mantener su individualidad y su propia vida si van a convertirse en pan para otros; las uvas no pueden mantenerse a sí mismas como uvas si van a constituir el espíritu dador de vida; y así vemos la belleza de la declaración del apóstol que el pueblo del Señor participa en un pan y una copa.  No hay otra forma en que podamos obtener la nueva naturaleza que aceptando la invitación del Señor a beber su copa, y ser partidos con Él como miembros de un único pan, y para ser sepultados con Él, en el bautismo en Su muerte, y así obtener en Su resurrección gloria, honor e inmortalidad.  Z.’01-76

13 de Abril 

“Si no coméis la carne del hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.”   Juan 6:53

Con regocijo, amado Señor, comemos (nos apropiamos para nuestras necesidades) el mérito de Tu pura naturaleza sacrificada por nosotros, para nuestra justificación.  Con gozo, también, participaremos de la copa de sufrimiento contigo, comprendiéndolo como un bendito privilegio el sufrir contigo, para que a su debido tiempo también podamos vivir contigo; estar muertos contigo, y ser como Tú y compartir Tu amor y Tu gloria como Tu esposa.  ¡Oh! Que podamos ser fieles, no sólo en la realización del símbolo, sino también en la realidad.  Bendito Señor, oímos Tu Palabra diciendo; “de su vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados”.  Señor, no somos capaces por nosotros mismos de sacrificarnos así; pero Tu gracia es suficiente para nosotros, porque somos enteramente Tuyos, ahora y para siempre.  Z.’99-51

14 de Abril 

“Derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los transgresores.”  Isaías 53:12

Así como cada uno de nosotros que sigue las pisadas del Maestro debe experimentar algunos de los sufrimientos de Getsemaní, también cada uno debe haber probado por lo menos de todas las experiencias del Maestro.  No olvidemos, entonces, buscar oportunidades para servir a los “hermanos”, los “pequeños” miembros del cuerpo de Cristo.  Seamos cuidadosos de no añadir a los vituperios que deben seguir a todos los seguidores del Cordero, sino por lo contrario, ofrecer palabras de simpatía, y ayudar a llevar las cruces de otros, sus dificultades y pruebas en el camino.  Así es como mejor podemos mostrar a nuestro Señor y Cabeza, como hubiéramos apreciado la oportunidad de ayudarle a Él a cargar su cruz en el camino del Calvario.  Z.’99-125

15 de Abril 

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.”  Lucas 23:46

Con plena confianza nuestro amado Redentor levantó su vista al Padre, y lleno de fe declaró que Él encomendaba toda su vida y todas sus benditas esperanzas para el futuro al amor del Padre y al poder del Padre, para ser provisto en armonía con el plan y la Palabra del Padre.  Y así nosotros, como seguidores de las pisadas de nuestro Maestro, debemos esperar con fe, y en nuestra hora de muerte encomendar todos nuestros intereses al cuidado de Él que ha manifestado su amor por nosotros, no sólo en el don de su hijo como nuestro Redentor, sino durante todo nuestro peregrinar, en su providencial cuidado, así como también en las preciosas y grandísimas promesas que van delante de nosotros y nos dan fuerza, consuelo y seguridad.  Z.’99-128

16 de Abril 

“Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.”  Malaquías 3:17

Si el Señor nos hubiera enviado a buscar su Desposada, nos hubiéramos reunido con algunos que Él rechaza como indignos, porque somos incapaces de leer el corazón.  Este pensamiento debe hacernos muy humildes, gentiles y mansos con todos, y muy confiados en el Señor, y muy inclinados a buscar su guía con respecto a nuestras labores como sus siervos, así como Samuel acudió al Señor con la unción de David.   Z.’03-223

17 de Abril 

“Pero la unión que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros.”  I Juan 2:27

La bendición y el poder del Señor acompañaron la unción de David de alguna manera, que quizás no podamos entender, capacitándolo para progresar en conocimiento, etc., y adaptándolo y preparándolo para los deberes del oficio para el cual había sido ungido.  ¿No podemos considerar como un anticipo de esto, la unción que viene sobre la iglesia desde el tiempo de su aceptación del Señor?  La nuestra no es una unción física, ni las bendiciones conferidas de un carácter temporal:  es como Nuevas Criaturas que crecemos en gracia, conocimiento y amor; y es como Nuevas Criaturas que luego, seremos perfeccionados en la Primera Resurrección y llegaremos al trono con nuestro Señor y Maestro como nuestra Cabeza.  Z.’03-223

18 de Abril 

“Amados no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido como si alguna cosa extraña os aconteciere, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.” I Pedro 4:12,13

En un mundo hostil sólo podemos esperar recibir los vituperios de nuestro Maestro, porque el siervo no está sobre su Señor.  El mundo, la carne y el diablo se oponen a nuestro camino: hay luchas interiores y miedos exteriores y muchas son las flechas y dardos ardientes dirigidos a los justos.  Pero ¿cuál es la actitud segura del alma que está bajo aflicciones y severas pruebas?  ¿No es en silencio ante Dios, esperando y velando para ver primeramente su guía, su voluntad, en cada asunto antes de atreverse a tocar cosas que a menudo envuelven demasiado?  Así lo sugiere el Salmista, diciendo: “Enmudecí con silencio, me callé aún respecto de lo bueno”  [aun de hacer o decir lo que parecía bueno a mi propia vista].  Z.’96-31

19 de Abril 

“Porque de la abundancia del corazón habla la boca.  El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas y el hombre malo, del mal corazón saca malas cosas.”  Mateo 12:34,35

Nuestra primera preocupación, debe ser entonces por el corazón, que sus afectos y disposiciones puedan estar plenamente bajo el control de la gracia divina; que cada principio de verdad y rectitud puede ser encontrado allí; que la justicia, la misericordia, la benevolencia, el amor fraternal, el amor, la fe, la mansedumbre, la temperancia, la suprema reverencia por Dios y por Cristo, y un ferviente amor por todas las bellezas de la santidad, puedan estar plenamente fijados como principios gobernantes de la vida.  Si estos principios están fijados, establecidos en el corazón, entonces de los buenos tesoros del corazón la boca hablará palabras de verdad, sobriedad, sabiduría y gracia.  Z.’96-30

20 de Abril 

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más será fiel.”  Lucas 16:10

Esto no significa que el pueblo del Señor debe estar contento con la rutina usual de la vida diaria en el hogar o en el negocio, y deban decirse a si mismos, “Dios acepta mi labor como si fuera hecha para Él en alguna otra forma más deseable”, sino que significa que cada persona aquí situada debiera día tras día revisar sus deberes y obligaciones terrenales para ver en que manera puede justa y apropiadamente sacar momentos, horas y días del servicio de las cosas e intereses terrenales que ahora pueden darse en sacrificio por cosas e intereses espirituales de sí mismos o de otros.  El corazón consagrado, el sacerdote que sacrifica, es aquel que utilizará mejor los momentos a medida que vuelan rápidamente, usándolos tanto como sea posible en los negocios del Padre.  Z.’03-407

21 de Abril 

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras propias debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.  Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”  Hebreos 4:15, 16

En el momento de la tentación el corazón debiera elevarse hacia el Gran Maestro en plena seguridad de fe, reconociendo Su amor, Su sabiduría, Su habilidad para ayudarnos, y Su deseo de hacer que todas las cosas obren juntas para el bien de aquellos que lo aman.  Pidiendo por ayuda en aquellos momentos de necesidad seguramente traeremos hacia nosotros el consejo del Señor, el auxilio y la fuerza para la justicia, la verdad, la pureza y el amor; y así seremos victoriosos en cada hora, en cada día y finalmente victoriosos.  Z.’98-23

22 de Abril 

“Mas yo os digo que toda palabra ociosa [inútil o perniciosa] que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.”  Mateo 12:36

Si, en el diario escrutinio de nuestros caminos, que es el deber de cada cristiano, descubrimos que en algún momento nuestras palabras han sido deshonrosas hacia el Señor, debemos recordar que en el nombre de nuestro Abogado podemos acercarnos al trono de la gracia, explicar a nuestro Padre Celestial nuestra comprensión del error, nuestro profundo remordimiento por nuestra falla en honrar Su nombre y su causa por medio de una conducta y conversación santas, y humildemente requerir que el pecado no sea contado, sino que pueda ser borrado por medio de Su graciosa provisión de nuestra purificación mediante Cristo, declarando humildemente que Su preciosa sangre es toda nuestra esperanza y verdad.  Así debiéramos rendir cuentas por cada palabra ociosa; y por nuestras palabras de arrepentimiento, complementadas por los méritos de Cristo aplicados por fe, seremos absueltos.  Z.’96-32

23 de Abril 

“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”  Lucas 8:15

El que desea sacrificarse debe ser por necesidad manso, humilde, enseñable; de otra manera, en muy poco tiempo se saldrá del camino.  También debe aprender a desarrollar la gracia del Señor en la paciencia, porque ciertamente requiere paciencia negarnos a nosotros mismos y someternos a veces a la injusticia cuando no hay medios apropiados para evitarla sin hacer daño a la causa del Señor o a alguno de Su pueblo.  También implica cultivar el amor fraternal y, en una palabra, el desarrollo de la entera voluntad de Dios en nuestros corazones y vidas; a saber, el amor, que debe ser obtenido en una gran medida, antes que hayamos completado nuestra obra terrenal de sacrificio.  Z. ’03-408

24 de Abril 

“Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.” Romanos 15:2

La lección para cada miembro del Real Sacerdocio es que la misión especial de su oficio, su vocación, su llamado en el tiempo presente es el sacrifico… Una forma de servicio frecuentemente no discernida por el Real Sacerdocio es la oportunidad de renunciar a nuestros propios caminos y planes, nuestros propios métodos y preferencias, y en beneficio de la paz, aceptar en su lugar los planes y las preferencias de otros, cuando es solamente un asunto de preferencia personal, y cuando creamos que el Señor estará satisfecho con ambas opiniones.  En beneficio de la paz, podemos sacrificar nuestras preferencias a los deseos de otros si vemos que puede ganarse algún bien por tal proceder.  Z.’03-406, 407

25 de Abril 

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”  Hebreos 11:6

“Conforme a vuestra fe os sea hecho”, pareciera ser el método del Señor para relacionarse con todos aquellos que son sus discípulos, desde el principio hasta el final de su camino y en su experiencia como cristianos.  Fe cuando parece que Él no nos presta atención;  Fe cuando las cosas parecen ir en prosperidad para nosotros, en nuestros asuntos espirituales y en nuestros asuntos temporales y fe igualmente fuerte cuando las corrientes y las fuerzas parecen estar todas en nuestra contra.

La victoria que vence al mundo es la fe que en todas las condiciones es capaz de mirar hacia el Señor con absoluta confianza en Su bondad y fidelidad, y comprender que de acuerdo con Su promesa, finalmente todas las cosas resultarán para nuestro bien porque somos Su pueblo.  Z.’00-139


26 de Abril 

“Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.”  Hebreos 4:10

En lugar de pedirnos uno de cada siete días, la ley de amor realmente controla, regula nuestro tiempo entero; siete días a la semana debemos amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerza; y siete días a la semana debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos; y también siete días a la semana debemos descansar: descansar de nuestras propias obras, descansar por fe en la obra terminada de Cristo, descansar en el amor de Dios, descansar en la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, rigiendo en nuestros corazones continuamente.  Z.’02-205

27 de Abril 

“Haya, pues, en nosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.” Filipenses 2:5

Tener el sentir de Cristo es en verdad el único requisito de legítimo esfuerzo: un sentir que humilde y fielmente se somete a sí mismo, a la voluntad de Dios como está expresada en Su gran plan de las edades, y que dedica toda energía al cumplimiento de Su voluntad, a causa de una compresiva apreciación de los fines que Él tiene en vista.  Si estamos así llenos del mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, nosotros, como Él, desearemos estar tan libres como sea posible, del enredo de los asuntos terrenales, y tener nuestro tiempo tan libre como sea posible para el servicio del Señor, y para consagrar toda energía, habilidad y esfuerzo a este servicio.  Z.’02-265

28 de Abril 

“Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, y la paciencia, prueba; y las pruebas, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”  Romanos 5:3-5

Tenemos necesidad de paciencia, y ésta sólo puede obtenerse por medio de las pruebas.  Tenemos necesidad de fe, y ésta sólo puede ser desarrollada por medio de necesidades.  Tenemos necesidad de experiencia para nuestro futuro trabajo, que sólo puede obtenerse por medio de experiencias tales que nos permiten ser conmovidos con el sentir de las enfermedades, dificultades y pruebas de aquellos que nos rodean, de quienes seremos ministros y representantes cuando alcancemos el trono.  Para nosotros, entonces, la lección de las presentes experiencias es resistir el mal, y no con mal sino con el bien.  Z.’03-348

29 de Abril 

“Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.”  Salmos 91:15

Es siempre un bendito privilegio llevar nuestras penas y aflicciones al Señor: “Porque Él sabe cómo sacar la amargura de las aflicciones de la vida.”

El lo hace mostrándonos, por medio de la experiencia, la vanidad de todas las cosas terrenales y su absoluta incapacidad de satisfacer los anhelos del alma, o de consolar al espíritu herido.  Entonces viene el pensamiento que aunque nuestras experiencias sean angustiantes, pronto terminarán; y que si las soportamos así, ellas sólo producirán en nosotros los apacibles frutos de la justicia, y desarrollarán en nosotros caracteres nobles y vigorosos, disciplinados para un completo autocontrol, solícita consideración, paciente sufrimiento de la aflicción y amorosa lealtad, fidelidad y confianza en Dios.  Z.’96-31


30 de Abril 

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” I Pedro 2:9

El real propósito de nuestro llamado a esta luz es que podamos dejarla brillar.  Si no la dejamos brillar, somos indignos de ella, y el tesoro será quitado y seremos dejados en las tinieblas.  Si en verdad hemos recibido la luz y nos hemos consagrado plenamente a Dios, preguntémonos: ¿Qué estoy haciendo para anunciar las virtudes de Aquél que me llamó de las tinieblas?  ¿Estoy anunciando estas buenas nuevas a mis vecinos cercanos y lejanos?  ¿Puedo verdaderamente afirmar que soy:

“Todo por Jesús, todo por Jesús, todos los poderes de mi redimido ser; todos mis pensamientos, y palabras, y obras, todos mis días y mis horas”?  Z.’03-165

 

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