Maná Diario Celestial
de Julio
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1 de
Julio
“Andad como hijos de luz… comprobando lo que es
agradable al Señor.”
Efesios
5:8, 10
Si somos santificados para Dios por la Verdad, si
nuestras voluntades están muertas y la voluntad del Señor es
plenamente aceptada como nuestra, en pensamiento, palabra y acto,
hemos obtenido la voluntad de Dios y ganaremos el premio como
“vencedores”, aun si se nos negaron oportunidades, si nunca
predicamos, nunca dimos a los pobres y nunca sufrimos como mártires
por causa de la Verdad. Notemos bien este punto “Esta es la
voluntad de Dios [concerniente a nosotros], nuestra santificación.
Que nada nuble u oscurezca esta verdad; ni siquiera otras verdades o
errores. Dejemos que domine nuestro curso en la vida, y luego, si
la voluntad de Dios es realmente nuestra voluntad, tenemos un
sendero claramente marcado ante nosotros, que es muy importante. Z.
’99-4 |
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2 de
Julio
“Nos maldicen y bendecimos; padecemos
persecución, y la soportamos.”
I
Corintios 4:12
Si vosotros sois fieles alumnos (en la escuela de
Cristo), no pasará mucho tiempo hasta que veáis que la perfecta ley
de libertad, la ley de Cristo, es un discernimiento de los
verdaderos pensamientos e intenciones del corazón, y que mientras
que debéis odiar todo pecado, no podéis odiar a algún pecador y sin
embargo tener el amor de Dios perfeccionado en vuestro corazón. Si
aun así un sentimiento de amargura contra nuestros calumniadores y
difamadores surge, debe ser combatido, y la victoria ganada sobre él
debe ser tan completa que cada fibra de nuestro ser esté en completo
acuerdo con las instrucciones de nuestro Gran Maestro “amad a
vuestros enemigos, bendecid a los que os maldice, haced el bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen”. Z. ’99-5 |
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3 de
Julio
“A Jehová he
puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra no seré
conmovido.”
Salmos
16:8
Aquel que ha sepultado completamente su propia
voluntad en la voluntad del Señor no puede conocer desilusión; sino
que en cada asunto de su vida él ve por fe la supervisión o el
designio divino, y oye la voz del Señor en todos los aspectos de la
vida asegurándole “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”
(Romanos 8:28). Es una de las evidencias de alcanzar cambios en la
condición del corazón el tomar las oposiciones del gran adversario,
del mundo y de nuestra propia carne pacientemente, sin quejas, sin
murmuraciones “gozosamente”, como una parte de las experiencias
disciplinarias preparadas para nosotros por toda sabiduría y todo
amor del Señor. Z. ’99-6 |
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4 de
Julio
“¿Quién ha
creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el
brazo de Jehová?”
Isaías
53:1
El llamado de la iglesia en el tiempo presente es
dejar la luz brillar y así atraer la persecución, y soportar la
persecución por causa de la justicia, y ser justamente ejercitadas
por ella en la paciencia, el amor fraternal, la piedad y el amor,
hacia los que os persiguen y hacia todos los hombres. Entonces, que
todos los que vemos el premio y que vemos la luz de la gloria de
Dios brillando en el rostro de nuestro Señor Jesucristo, seamos
fieles a las condiciones, llamado y servicio del Padre. Que todos
prestemos atención a este ministerio que hemos recibido, y no
desmayemos; no nos desanimemos, sea que los hombres oigan o sea que
se abstengan, sea que piensen mal de nosotros o sea que hablen mal
de nosotros; recordemos que nuestros resultados al final de la
prueba deben ser dados ante el Señor mismo, cuando el escoja Sus
joyas. Z. ’99-10, 11 |
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5 de
Julio
“Las armas de nuestra
malicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez
que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
II
Corintios 10:4, 5
Recordemos que la primera condición de aceptación
para Dios es la leal obediencia a Su Palabra, la evidencia de amor
para Él y la fe hacia Él. Recordemos, también que la segunda
cualidad que Él buscará en nosotros es amor a los hermanos, estar
listos para estar, para hacer, para sufrir, para morir a favor de
aquellos que realmente, verdaderamente son consagrados hijos de
Dios, que buscan caminar en Sus caminos. Z. ’99-11 |
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6
de Julio
“¿Quién es el hombre que
teme a Jehová? El le enseñara el camino que ha de escoger.”
Salmos
25:12
No es nuestra tarea supervisar las pruebas y
dificultades que puedan acosarnos. Es nuestra tarea hacer una
consagración sin reservas de nosotros mismos al Señor y luego dejar
a Él la decisión de cuán grandes deben ser las pruebas y
persecuciones, cuán grandes deben ser nuestros sacrificios al seguir
Sus instrucciones. El Señor puede ver que algunos necesitan pruebas
especiales más que otros, y aquellas cosas que para algunos pueden
ser grandes pruebas e implican grandes sacrificios, para otros, a
causa de su mayor amor por el Señor y Su causa, y mayor servicio por
el servicio, el sacrificio puede ser, como expresa el apóstol sobre
sí mismo, aflicciones leves, que sólo son por un momento, y que
resultan en una carga más extraordinaria y eterna de gloria. Z.
’99-13 |
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7
de Julio
“He aquí el cordero de
Dios.”
Juan
1:36
Todos los siervos del
Señor debieran prestar atención a Él y no a sí mismos. Unamos
nuestras energías para señalar a los hombres el Cordero de Dios y no
buscar nuestros propios intereses. La modestia es una gema, donde
sea que se encuentre, una de las gracias del Espíritu, que todos los
consagrados del Señor debieran haber desarrollada en gran medida y
mantener bien pulida.
Y recordemos que seguir a Jesús en el mejor sentido,
significa que caminamos en Sus senderos, nos esforzamos en hacer tan
fielmente como seamos capaces lo que Él haría hoy, tomando nuestras
lecciones de lo que Él hizo y dijo personalmente, y las
instrucciones que nos dejó, por medio de los apóstoles, respecto del
sendero de compañerismo en Sus sufrimientos, el sendero de gloria y
coheredad en Su Reino. Z. ’99-14, 15 |
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8
de Julio
“Para que si tardo,
sepas como conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del
Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.”
I
Timoteo 3:15
La iglesia del Señor, la única a la cual el nombre de
iglesia o cuerpo es apropiadamente aplicable, es tan insignificante,
tan humilde y comparativamente tan pobre con respecto a las riquezas
del mundo, que no es reconocida ni reconocible desde el punto de
vista humano. No está hecha por el hombre ni dirigida por el
hombre; ni están sus miembros inscritos en la tierra, sino en el
cielo (Hebreos 12:23). Su cabeza y obispo es el Señor. Su ley es
Su Palabra, tiene sólo un señor, una fe, un bautismo; y está
edificada sobre el testimonio de los santos apóstoles y profetas,
siendo Jesucristo mismo su jefe y piedra del ángulo. Z. ’99-37 |
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9
de Julio
“Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va
delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su
voz.”
Juan
10:4
La voz del Buen Pastor es una mezcla de varios
sonidos los cuales no pueden ser mezclados en ninguna otra voz. En
su voz suena la cuerda de la justicia combinada con la cuerda del
amor y el conjunto es entonado con sabiduría y con poder. Otras
teorías, planes y esquemas de hombres y demonios no tienen tal
armonía de sonido como la tiene el mensaje que el Gran Pastor nos ha
enviado a través de Su Hijo. Además cuando la verdadera oveja oye
la voz del Buen Pastor, ésta satisface sus anhelos como ninguna otra
puede hacerlo. No estarán más en peligro de ser atraídos por otros
sonidos, o voces, teorías o esquemas, sino que responderán, “Jesús
me satisfizo; Jesús es mío”. Z. ’00-230 |
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10
de Julio
“Y todos daban buen testimonio de él, y estaban
maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca.”
Lucas
4:22
Esto debe ser verdad, tanto como sea posible, con
todos los seguidores de las pisadas del Señor: su hablar debe ser
con gracia, con moderación, lo que se derrama de corazones llenos de
amorosa simpatía por la Verdad y por todos los que la aman y
buscan. Sus palabras debieran siempre estar dentro de los límites
de la razón y la justicia, y estrictamente en conformidad con la
Palabra del Señor. Y sus maneras, su conducta, como cartas
vivientes, debieran armonizar con estas, para que aún sus enemigos
se maravillen, y sepan por esto que ellos han estado con Jesús y
aprendido de Él. Z. ’99-53 |
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11 de
Julio
“Todo aquel que ha
recibido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue
engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.”
I
Juan 5:18
Mientras el corazón (la mente, la voluntad) es santo,
en armonía con Dios y la justicia, es decir, mientras la simiente de
nuestro engendramiento, el espíritu de santidad, continua en
nosotros, la nueva mente no puede aprobar el pecado, sino que debe
ser y será su oponente. Aunque muchas de las batallas peleadas son
con los miembros de nuestra caída y débil naturaleza humana, sus
apetitos y deseos, sin embargo, nosotros como “Nuevas Criaturas”,
estamos separados y distinguidos de la carne, y las imperfecciones y
debilidades de la carne no son imputadas a las Nuevas Criaturas en
Cristo Jesús, sino que son contadas como cubiertas, escondidas bajo
los méritos del sacrificio redentor de nuestro Señor. Z. ’99-58 |
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12
de Julio
“Así que, si el Hijo os
libertare, seréis verdaderamente libres.”
Juan
8:36
Los verdaderos discípulos tienen en cuenta la Palabra
del Gran Maestro, y continúan en todas las cosas siendo sus alumnos,
no sólo son libertados de la superstición y la ignorancia, sino
también de servir al pecado; y reciben en su lugar una correcta
apreciación de su propia debilidad natural e imperfecciones, y de la
mente divina, la Verdad. En consecuencia, su libertad es una que
los bendice en lugar de dañarlos; una que trae humildad, en lugar de
orgullo y ostentación; una que trae paciencia, en lugar de enojo;
una que trae generosidad y benevolencia, en lugar de rencor y
egoísmo; una que trae gozo y paz en lugar de descontento y amargura
de espíritu. Sólo el Hijo puede hacernos verdaderamente libres. Z.
’99-57 |
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13 de
Julio
“El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.
Así que no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia.”
II
Corintios 11:14, 15
Si se pregunta, ¿Cómo puede Satanás estar interesado
en hacer una buena obra? Respondemos que, el adversario asume así la
vestidura de un ángel de luz y misericordia, no para guiar hacia la
Luz del Mundo (no para guiar a la cruz de Cristo, no para guiar
hacia la Biblia), sino para alejarnos de éstas, hacia otra esperanza
de salvación, y hacia otro maestro, para engañar, si fuera posible,
aun a los escogidos. Y sea recordado que las palabras de nuestro
Señor indican que cuando los asuntos lleguen a esta condición,
cuando Satanás eche fuera a Satanás y cure la enfermedad, es una
marcada evidencia de que su trono está tambaleándose hacia su caída,
que, por decirlo así, está en el último extremo de los esfuerzos del
adversario por engañar. Z. ’99-62 |
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14 de
Julio
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia.”
Efesios
4:31
Desde su alto punto de vista de la apreciación de la
ley divina, el cristiano avanzado ve que a los ojos del Señor odiar
es homicidio, calumniar es asesinar, y la destrucción del buen
nombre de un vecino es robo y saqueo. Y cualquiera de estas cosas
hechas en la iglesia, entre el profeso pueblo de Dios, es doblemente
malvada, el asesinato y robo de un hermano. La única excepción a
esta regla “no habléis mal de ningún hombre” podría llegar cuando
pudiéramos conocer una necesidad absoluta de hacer conocido un mal,
cuando relatar el mal fuera contrario a los deseos de nuestro
corazón, y sólo mencionado a causa de la necesidad, a causa del amor
hacia otros que, si no fueran informados, pudieran ser dañados. Z.
’99-71
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15 de
Julio
“Y si repartiese todos mis bienes para dar de
comer a los pobres… Y no tengo amor, de nada me sirve.”
I
Corintios 13:3
En nuestros ministerios hacia otros no debemos
olvidar que el dinero no es la única cosa de la cual la gente está
en dolorosa necesidad; algunos necesitan amor y simpatía en lugar de
dinero. Nuestro Señor fue uno de estos: Su propio corazón, lleno de
amor, encontró comparativamente poca compasión en las sórdidas
mentes aun de los más nobles de entre la raza caída representados
entre sus apóstoles. En María pareció encontrar la profundidad de
amor y devoción que fue para Él un dulce aroma de incienso, de
refresco, de vigorización, un tónico: y María aparentemente apreció,
más que otros, la longitud y anchura del carácter del Maestro. Ella
no sólo se deleitó en sentarse a sus pies para aprender de Él, sino
que también se deleitó, a un gran costo en darle a Él alguna
manifestación de su devoción, su amor. Z. ’99-77 |
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16 de
Julio
“Sed llenos del Espíritu.”
Efesios
5:18
La medida en que nos llenamos está en correspondencia
con la medida en que nos vaciamos del espíritu de nuestra propia
voluntad y nos llenemos con espíritu de fe y obediencia. Y aunque
la obediencia no puede hacer otra cosa que manifestarse en la vida
diaria, sin embargo, es la obediencia de la intención, de la
voluntad, del corazón, la que el Señor toma en cuenta en Su pueblo
consagrado. De aquí que algunos cuyos corazones que son
completamente leales al Señor pueden complacerle, mientras no
complacen mucho a algunas personas con las que entran en contacto;
mientras otros altamente estimados entre los hombres a causa de su
moralidad exterior, pueden ser una “abominación” a la vista de Dios,
a causa de su frialdad y deshonestidad de corazón. Sin embargo,
aquel que tiene la nueva esperanza en él, y el nuevo espíritu,
buscará purificarse, no sólo en sus pensamientos, sino también en
sus palabras y actos y en todos sus asuntos, interiores y
exteriores. Z ’99-92 |
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17 de
Julio
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en ti persevera.”
Isaías
26:3
Esta no es la paz del mundo, ni la paz de la
indiferencia, ni la paz de la pereza, ni la paz de la
autoindulgencia, ni la paz del pesimismo; sino que es la paz de
Cristo, “Mi paz”. Mirando hacia atrás podemos ver que el Maestro
preservó su paz con Dios bajo todas las condiciones. Es una paz que
implícitamente cree en la sabiduría divina, el amor, la justicia y
el poder, una paz que recuerda la graciosa promesa hecha a los
fieles del Señor: que nada en cualquier forma dañará a sus fieles, y
que todas las cosas resultarán para bien para aquellos que aman a
Dios. Esta paz puede aceptar por fe cualquier cosa que la divina
providencia permita, y puede mirar a través de sus lágrimas con
gozosa expectación por las mayores bendiciones que el Maestro ha
prometido, de las cuales la paz y el gozo presentes son meramente
anticipos. Z. ’99-95 |
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18 de
Julio
“En los postreros días vendrán tiempos
peligrosos. Porque habrá hombres… traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios.”
II
Timoteo 3:1, 4
El cristiano no es “impetuoso”; por el contrario su
consagración al Señor figurativamente lo decapita. El pierde su
cabeza, renuncia a su propia voluntad y autocontrol, y se somete
como un miembro del cuerpo de Cristo, al absoluto control de Jesús,
la Cabeza… El verdadero cristiano, por lo tanto, en cada asunto de
la vida, con respecto a sus placeres así como también con respecto a
sus cargas y pruebas, apela a su Cabeza por dirección, para saber
cómo y qué decir o hacer, sí, para tener los mismísimos pensamientos
de su mente en plena conformidad con la voluntad de Dios en Cristo.
Z. ’99-102 |
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19 de
Julio
“La copa que el Padre me
ha dado, ¿no la he de beber?”
Juan
18:11
¡Cómo brilla la gracia
de la humildad en todos los pequeños asuntos del ministerio de
nuestro amado Redentor, aun en el momento de entregarse a Sus
enemigos Él no se vanagloria de que su curso sea voluntario, ni
busca alabanza como un mártir! Él declara la simple verdad de que
el Padre requirió esto como una evidencia de su lealtad personal
hacia Él. Se confiesa a sí mismo un siervo de Dios, un Hijo que
aprendió obediencia por las cosas que sufrió.
Ninguna otra lección, quizás, es más requerida por
los seguidores del Señor que la del deseo de beber la copa que el
Padre derrama, un reconocimiento de que el Padre guía y dirige en
nuestros asuntos porque somos suyos, como miembros del cuerpo del
Ungido. Z. ’99-118; ’01-91 |
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20 de
Julio
“Yo soy la vid verdadera
y mi Padre es el labrador… Todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto.”
Juan
15:1, 2
Así como los mejores sarmientos de la vid, que dan
evidencia de llevar fruto, y requieren poda, así también los más
honestos y sinceros dentro del pueblo del Señor requieren la
disciplina y el cuidado providencial del Señor, de otra manera
pudieran convertirse pronto en maleza también, y fallar en producir
mucho fruto. El verdadero hijo de Dios cuya voluntad ha sido
enteramente sumergida en la voluntad del Señor ni se ofende ni se
desanima por estas podas. Él ha aprendido algo al menos de su
propia sabiduría, y tiene confianza en la sabiduría del gran
Labrador. Por esto cuando la divina providencia frena sus esfuerzos
en algunas direcciones él toma sus planes alegremente seguro que la
voluntad del Señor y el camino del Señor son los mejores destinados
a resultar en una bendición. Z. ’99-109 |
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21 de
Julio
“Yo para esto he nacido, y para esto he venido al
mundo, para dar testimonio a la verdad.”
Juan
18:37
Fue la fidelidad de nuestro Señor a la verdad lo que
trajo sobre Él la oposición de aquellos que estaban cegados por el
adversario. Fue Su testimonio de la verdad lo que le costó Su vida,
y fue el dar su vida en defensa de la Verdad lo que constituyó el
precio de redención. En forma similar todos los seguidores del
Señor deben llevar testimonio de la Verdad, la Verdad con respecto
al carácter y plan de Dios. Es tal testimonio de la Verdad el que
cuesta a todos los verdaderos seguidores de Jesús sus vidas
presentándose a sí mismos como sacrificios vivos, santos y
aceptables a Dios por medio de Cristo Jesús. Que cada uno de los
que anhelan ser coherederos con el Príncipe de Vida en el Reino dé
testimonio de la verdad, una buena confesión respecto del Reino, su
fundamento y superestructura final en gloria. Z. ’99-123 |
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22 de
Julio
“Cercano está Jehová a los quebrantados de
corazón, y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las
aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.”
Salmos
34:18, 19
“Porque siete
veces cae el justo, y vuelve a levantarse.”
Proverbios
24:16
Si en algún momento encontramos que hemos tomado un
curso equivocado que es irreparable, podemos esperar que traiga
desilusiones como el Señor lo predijo; pero Él puede permitir que
traiga, también, algunas bendiciones en el sentido de
arrepentimiento de corazón, y humildad hacia el Señor, y mayor celo,
vigilancia y fidelidad en el futuro. Aun así algunos errores de la
vida pueden resultar escalones hacia planos más de gracia y
verdad. Z. ’03-217 |
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23 de
Julio
“Porque si alguno no provee para los suyos… ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo.”
I
Timoteo 5:8
“La fe” incluye pensamientos de amor, simpatía,
interés y cuidado por otros, especialmente por aquellos de la
familia de la fe, ¡Cómo nos da esto una idea de la agradable
naturaleza de nuestro Señor, encontrarlo pensando en el interés de
otros al mismo tiempo en que se encontraba agobiado por los
problemas! Su propia agonía no le impidió pensar en Su madre, y
hacer provisión para su consuelo… Notamos la elección de Juan: fue
indudablemente a causa de, en primer lugar, su disposición amorosa,
tierna; en segundo lugar, por su celo por el Señor y la Verdad; y en
tercer lugar, su coraje al acercarse para estar con su agonizante
Maestro en sus últimas horas, al riesgo de su propia vida. Notemos
estas características, siendo las que el Señor aprueba, para que al
tenerlas en cuenta podamos cultivarlas en nosotros mismos, y así que
se nos concedan oportunidades especiales para servir por el mismo
Maestro. Z. ’99-127 |
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24 de
Julio
“La oración eficaz del justo puede mucho.”
Santiago
5:16
La comunión con el Señor en oración aumenta confianza
en la supervisión del Señor en nuestros asuntos; aumenta nuestra fe
(II Pedro 1:4) en todas las preciosas y grandísimas promesas de Su
Palabra; aumenta nuestra comprensión de sus directivas, pasadas y
presentes; aumentado nuestro amor por todos los hermanos de Cristo,
y nuestra solicitud por su bienestar y progreso espiritual. Así la
oración se identifica estrecha y activamente con el progreso en las
cosas espirituales, progreso en los frutos del Espíritu, hacia Dios,
los hermanos y todos los hombres. Z. ’00-268 |
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25 de
Julio
“Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar
y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?”
Santiago
4:12
Es en armonía con este pensamiento que el Apóstol
Pablo declara acerca de que ni el mundo ni los hermanos estaban
capacitados para juzgarlo, que sólo el Señor, quien puede leer el
corazón y conoce todas las condiciones y pruebas y debilidades
contra las que se debe luchar, podía juzgar apropiadamente. El aún
declara, “Ni aun yo me juzgo a mí mismo” (I Corintios 4:3). Es un
excelente plan no condenar a otros que pretenden estar caminando
concienzudamente como hijos del Señor, ni condenarnos a nosotros
mismos bajo similares circunstancias. Simplemente debemos continuar
día a día, haciendo lo mejor que podamos por cultivar las gracias
celestiales y por servir a nuestro Maestro, dejando todos los
resultados al Señor. Z. ’99-139 |
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26 de
Julio
“El que venciere… le daré una piedrecita blanca,
y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno
conoce sino aquel que lo recibe.”
Apocalipsis
2:17
Los vencedores deben ser probados de tal manera que
puedan sacrificar todo por el Señor; que puedan sacrificar el amor,
el compañerismo y la aprobación, si fuere necesario de toda otra
persona, para retener el amor y favor del Señor. Creemos que esta
prueba se acerca cada día más al pueblo consagrado del Señor, y nos
corresponde a cada uno de nosotros recordar que este es uno de los
elementos de nuestra prueba, y de acuerdo a esto poner nuestros
sentimientos en las cosas celestiales, y mortificar o extinguir
todas los afectos hacia los seres y cosas terrenales que puedan
competir con nuestro Señor en nuestros afectos, servicios, etc. Z.
’99-140 |
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27 de
Julio
“No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna
para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la
ley de su Dios.”
Daniel
6:5
No todos son espíritus que guían, como lo fue Daniel,
ni a todos son dadas visiones y revelaciones e interpretaciones,
como a él; pero todos tendrán el mismo espíritu de devoción a los
principios de justicia, devoción que será probada bajo la
providencia divina, paso a paso, a lo largo del camino angosto, a
medida que buscan caminar en las pisadas de Aquel que nos puso un
ejemplo: nuestro Daniel, nuestro líder, nuestro Señor Jesús,
entonces, que todos los que hemos nombrado el nombre de Cristo nos
apartemos de iniquidad; Seamos todos fieles: “Atrevámonos a ser un
Daniel”. Z. 99-167 |
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28 de
Julio
“Si alguna cosa padecéis por causa de la
justicia, bienaventurados sois.”
I
Pedro 3:14
Sólo
cuando somos odiados a causa de nuestra lealtad a la Verdad (directa
o indirectamente), que debemos tener satisfacción por esto o pensar
que estamos sufriendo por causa de la justicia. Como señala el
apóstol, algunos sufren como malvados y como entrometidos en los
asuntos de otros hombres, o a causa de ser poco gentiles, groseros,
o faltos de la sabiduría de la moderación que la Palabra del Señor
aconseja.
Es nuestro deber no sólo estudiar la voluntad del
Señor, sino también considerar bien las circunstancias y las
condiciones que nos rodean, y buscar adoptar un curso de vida
moderado, el cual tenga en primer lugar la aprobación divina, y en
segundo lugar, cause tan pocos problemas, inconvenientes y disgustos
a otros como sea posible, y luego descansar confiadamente sobre la
sabiduría y providencia supervisoras del Señor. Z. ’99-166, 167 |
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29 de
Julio
“Nuestro Dios a quien servimos puede librarnos.”
Daniel
3:17
Las providencias del
Señor varían, y no corresponde a Su pueblo decidir cuando debe venir
la gran salvación, y cuando serán aparentemente dejados por completo
a la voluntad de sus enemigos sin ninguna manifestación del favor
divino en su beneficio. Algunas veces la gente del Señor que está
limitada, restringida su libertad para proclamar la Verdad,
encuentra, como lo hicieron los tres Hebreos, que el fuego quema las
cuerdas y los libera, y realmente les da mayores oportunidades de
testificar para la gloria de nuestro Dios que ellos pudieran haber
tenido por cualquier otro medio.
No nos corresponde, por lo tanto, predeterminar cuál
será la providencia divina con respecto a nosotros; debemos notar el
punto de justicia y de deber y seguirlo sin importar las
consecuencias, confiando implícitamente en el Señor. Z. ’99-171 |
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30 de
Julio
“Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que
echan a perder las viñas.”
Cantares
2:15
Algunos son negligentes consigo mismos con respecto a
pequeñas violaciones de sus votos de consagración, diciendo, ¿”De
qué sirve tanto cuidado y una vida tan diferente de la del mundo en
general?” ¡Oh! Hay una gran utilidad en ello, porque las victorias
en pequeñas cosas preparan para grandes cosas y las hacen posibles:
y por el contrario, rendirse a la voluntad de la carne en pequeñas
cosas significa una segura derrota en la batalla como un todo.
Aquellos que hemos llegado a ser “Nuevas Criaturas”, reconocidas en
Cristo, sabemos que debemos ser probados (si nuestras pruebas ya no
han comenzado), y debiéramos comprender que sólo practicando auto
negaciones en las pequeñas cosas de la vida, y moderando los anhelos
naturales de nuestra carne con respecto a la comida, el vestir, la
conducta, etc., resultaremos espiritualmente fuertes y seremos
capaces de vencer. Z. ’99-172 |
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31 de
Julio
“La obra de cada uno se hará manifiesta; porque
el día la declarará, pues por el fuego será revelada.”
I
Corintios 3:13
El apóstol habla de este entero período de prueba de
fuego, y, asemejando la fe y obras de un cristiano celoso con una
casa construida con oro, plata y piedras preciosas; Él declara que
el fuego de este día, al final de esta edad, probará la obra de todo
hombre, y consumirá todo excepto las estructuras de la fe y el
carácter genuinos. Pero debemos recordar que tales caracteres leales
no crecen repentinamente, en unas pocas horas o días (como hongos),
sino que se desarrollan progresivamente, de fina hebra y fuertes
como un olivo. Z. ’99-171 |
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