Maná Diario Celestial
de
Noviembre
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1 de
Noviembre
“Pon guarda a mi boca, oh
Jehová; guarda la puerta de mis labios.”
Salmos
141:3
El número de guardianes, de piquetes montando guardia
sobre nuestras acciones y palabras será menos en proporción a que el
piquete que guarde nuestras mentes, nuestros pensamientos, sea uno
fuerte. Es allí donde necesitamos estar especialmente alertas. “De
la abundancia del corazón habla la boca”. Esta verdad general está
particularmente ejemplificada en los regenerados, que son más
abiertos en su conducta y lenguaje que otros. Teniendo los
sentimientos correctos en el corazón están menos en guardia con
respecto a su modo de expresión quizás que previamente; pero
necesitan recordar mucho más las palabras del apóstol, “si alguno no
ofende en palabra, este es varón perfecto”
¾Santiago
3:2. Z.’04-23 |
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2 de
Noviembre
“Jehová es; haga lo que bien
le pareciere.”
I
Samuel 3:18
No sabemos lo que es para nuestro
bien más alto. Algunas veces aquellas cosas que anhelamos y deseamos
alcanzar, considerándolas buenas, pueden en realidad ser para
nuestra desventaja. Benditos son aquellos que por fe son capaces de
penetrar la oscuridad de cada prueba y dificultad y perplejidad, y
comprender que “el Señor conoce a los suyos”, y que Él hace que todo
obre para su bien. Z.’01-148
Debemos esperar pacientemente en el Señor, y tomar
pacientemente las experiencias que su providencia pueda señalar para
nosotros, sin cuestionar la sabiduría, el amor y el poder de Aquel
con quien tenemos relación. Z.’01-317 |
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3 de
Noviembre
“Velad y orad, para que no
entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil.”
Mateo
26:41
Algunos cometen el error de orar sin velar; otros el
error de velar sin orar; pero el único método seguro y apropiado es
el que el Señor mandó, combinar los dos. Debemos velar y estar en
guardia contra la invasión del mundo, la carne y el diablo. Debemos
velar por todo el aliento de la Palabra del Señor, la evidencia de
su cumplimiento, los signos que indiquen su presencia y los grandes
cambios de dispensación que están cercanos. Debemos velar por
cualquier cosa que nos fortalezca en fe y esperanza, lealtad y amor;
y mientras velamos debemos orar sin cesar. Debemos orar juntos como
pueblo del Señor; debemos orar en nuestros hogares, como familia;
debemos orar en secreto, en privado. Z.’01-80 |
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4 de
Noviembre
“Se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo.”
Filipenses
2:7
Así como ningún hombre es capaz de servir a otros
amos y satisfacer a ambos, y hacer justicia a ambos, porque sus
intereses están en conflicto, tampoco nosotros podemos servir a Dios
y a la justicia, y al mismo tiempo ser complacientes y aceptables
para el adversario y aquellos que están en armonía con él, que
gobierna durante está dispensación presente, el “príncipe de este
mundo”. Todo el pueblo consagrado del Señor, aquellos que
amontonarán tesoros en el cielo y sean ricos hacia Dios, estarán
deseosos de resultar “despojados” entre aquellos que no están
consagrados, y que, cualquiera sea su proporción, están en realidad
sirviendo a las riquezas, el egoísmo, la vida presente y no
sacrifican sus intereses para alcanzar el Reino Celestial. Z.’00-38 |
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5 de
Noviembre
“Y teniendo un gran sacerdote
sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en
plena certidumbre de fe.”
Hebreos
10:21, 22
Recordemos que aquel que ha comenzado la buena obra
no cambia nunca, y que si nuestros corazones están todavía en
armonía con Él, si nuestra fe es todavía clara y firme en la gran
reconciliación, si nuestra consagración es todavía plena y completa,
de modo que no buscamos nuestros asuntos, entonces en verdad
podremos tener plena certidumbre de fe, porque sabiendo que Dios es
inmutable, y sabiendo que todavía estamos en línea con sus promesas
y arreglos, sabemos que todas sus providencias de gracia todavía son
ejercidas a nuestro favor. Esto es plena certidumbre de fe, plena
confianza en el Señor. Z. ‘00-170 |
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6
de Noviembre
“Así que hermanos, os ruego por la misericordia
de Dios, presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Romanos
12:1
Entregar todo lo que tenemos al servicio del Señor no
sólo es una cosa racional, sino una ofrenda muy pequeña, mucho menos
de lo que quisiéramos entregarle a Aquel que ha manifestado tal
compasión y gracia hacia nosotros. Y debiéramos sentir así, aunque
no hubiera recompensas concedidas por tal consagración de nosotros
mismos. Pero puesto que Dios ha concedido grandes recompensas y
bendiciones, debiéramos sentir no sólo que un rechazo al aceptarlas
sería una indicación de falta de aprecio por la misericordia divina,
sino también una indicación de debilidad mental, de juicio que es
incapaz de balancear los pequeños y transitorios placeres de la
propia voluntad por unos pocos y breves años, con una eternidad de
gozo y bendiciones y gloria, en armonía con el Señor. Z.’00-170 |
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7
de Noviembre
“Y vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios.”
Apocalipsis
20:4
Aunque esta decapitación es figurativa y no literal,
sin embargo tiene un profundo significado… Significa no sólo la
muerte de la voluntad propia, sino también el cortar toda otra
cabeza, gobierno y legislador, y no reconocer ninguna “cabeza”
excepto a Jesús, a quien Dios ha señalado para ser la Cabeza de la
iglesia, que es su cuerpo… Significa, no sólo ser cortados de toda
cabeza y autoridad institucional, sino también dejar de tener cabeza
y voluntad propias, y aceptar, en su lugar, el liderazgo, la
voluntad de nuestro Señor Jesús. Este es el mismo pensamiento que
nos trae a la atención el apóstol en Romanos 6:3, donde declara que
somos bautizados en el cuerpo de Cristo, como miembros de este
cuerpo, bajo una cabeza, Cristo, al ser bautizados en su muerte; una
plena consagración de nuestras voluntades, y finalmente, una plena
entrega de nuestras vidas, fielmente hasta la muerte. Z.’00-285 |
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8
de Noviembre
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.”
Éxodo
20:7
Aunque este mandamiento no fue dado al Israel
espiritual, podemos ver fácilmente cómo su espíritu llega hasta
nosotros… Nosotros hemos tomado el nombre de Cristo como nuestro
nombre. Somos contados como miembros del cuerpo de Cristo. El
santo nombre de la Cabeza pertenece a todos los miembros del
cuerpo. El honorable nombre del Novio pertenece a su Desposada.
Qué cuidado debiera inspirarnos esta idea y cuán apropiadamente
debiera decirnos: “Debo ocuparme de no tomar el nombre del Señor en
vano, que yo aprecio el honor, dignidad y responsabilidad de mi
posición como Su representante y embajador en el mundo. Caminaré
circunspectamente, buscando tanto como sea posible no traer deshonor
a este nombre, sino contrariamente honrarlo en cada pensamiento,
palabra y hecho. Z.’04-73 |
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9
de Noviembre
“Porque el deseo de la carne es contra el
espíritu, y el del espíritu es contra la carne; y éstos se
oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”
Gálatas
5:17
Aquí está la gran y continua batalla, porque aunque
la nueva voluntad se afirma a sí misma y pone al cuerpo bajo su
sujeción, sin embargo el cuerpo mortal, al no estar realmente muerto
continuamente entra en contacto con el mundo y el adversario y es
continuamente estimulada por éstos y revigorizado con cuidados
terrenales, ambiciones, métodos, esfuerzos, conflictos e
insubordinación a nuestra nueva voluntad. Ningún santo deja de
tener experiencias de esta clase, luchas externas e internas. Debe
ser una lucha hasta el final o el gran premio por el cual luchamos
no será ganado. Porque aunque la Nueva Criatura domina al cuerpo
mortal por la gracia y fortaleza del Señor repetidamente, sin
embargo hasta la muerte el conflicto no puede cesar. Z.’03-424 |
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10
de Noviembre
“El amor… no se goza de la injusticia, más se
goza de la verdad.”
I
Corintios 13:6
¿Están los principios de lo justo e injusto tan
firmemente fijos en mi mente, y estoy tan completamente de acuerdo
con lo justo y tan opuesto a lo injusto que no alentaría a lo
injusto, sino que debo condenarlo, aunque me trajera ventajas?
¿Estoy tan de acuerdo con lo justo, con la verdad, que no evitaré
regocijarme con la Verdad y su prosperidad, aunque perturbe algunas
de mis opiniones preconcebidas, o sea desventajoso para algunos de
mis intereses terrenales? El amor de Dios, que el apóstol describe
aquí como el espíritu del pueblo de Dios, es un amor que está muy
por encima del egoísmo, y está basado sobre principios fijos, que
día a día serán distinguidos más y más claramente, y a los cuales se
adhiere firmemente a cualquier costo. Z.’03-57 |
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11 de
Noviembre
“Poniendo toda
diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud.”
2
Pedro 1:5
Una gran dificultad del pueblo del Señor es que,
aunque esté determinado a un curso correcto y así resiste la
tentación, no ejerce suficiente acción positiva. Muchos dicen al
tentador, he decidido no ceder esta vez. Así dejan abierta en sus
propias mentes una oportunidad por la cual el tentador puede
retornar. El proceder de nuestro Señor fue el apropiado: debemos
rechazar al tentador una vez y para siempre. Debemos hacer nuestra
posición tan firme que aun el adversario no piense que valga la pena
regresar a nosotros; “Vete Satanás, porque escrito está: Al Señor tu
Dios adorarás, y a él sólo servirás”. Z. ’04-10 |
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12
de Noviembre
“No seas incrédulo, sino creyente.”
Juan
20:27
Es imposible para nosotros acercarnos al Señor a no
ser que ejerzamos fe y confianza en Él, en Su Bondad, en Su Poder,
en Su Sabiduría, en Su Amor. La fe es una cuestión de cultivo, de
desarrollo. Los mismos apóstoles que gritaron de terror cuando la
tormenta estaba sobre el mar de Galilea, gradualmente crecieron más
y más fuertes en fe, como muestran los registros, y pudieron confiar
en el Señor en su ausencia y cuando no pudieron hallarlo. En forma
similar debiera ser parte de nuestra diaria lección el cultivar la
confianza en el Señor, y pensar en las experiencias del pasado en
nuestras vidas y en todas estas lecciones de Su Palabra, para que
así nuestra fe en Él pueda arraigarse y afirmarse. Z.’04-89 |
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13 de
Noviembre
“Vuestro Padre sabe de qué
cosas tenéis necesidad.”
Mateo
6:8
Nuestras peticiones, nuestros ruegos, nuestros
llantos al Señor, por lo tanto, debieran ser por santidad de corazón
por ser llenos de Su Espíritu, por el alimento, el refresco, la
fortaleza espiritual; y como por las cosas naturales, Él sabe el
camino que tomamos y qué resultará para nuestro mejor interés como
Nuevas Criaturas. Debemos dejárselo a Él, porque Él no se
complacerá al vernos importunándole por las cosas que no nos ha
dado, porque hacer así no sería un ejemplo de fe en Él, sino por lo
contrario, un ejemplo de duda, una manifestación de temor de que Él
estuviera olvidando o negando Su promesa de darnos las cosas
necesarias. Z.’04-90 |
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14 de
Noviembre
“Por tanto, mirad por nosotros… Porque yo sé que
después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos
sagaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar
tras sí a los discípulos.”
Hechos
20:28-30
Es necesario para la disciplina, prueba y examen
final de la iglesia de Dios que ellos deban estar sujetos a estas
influencias adversas; porque para aquel que los venga es la promesa
de gran recompensa. Si reinaremos con Cristo, debemos probar que
somos dignos de reinar por medio de las mismas pruebas de lealtad
hacia Dios, de fe en su palabra, de celo por la verdad, de paciente
sufrimiento de reproche y persecución, aun hasta la muerte, y de
inconmovible confianza en el poder y propósito de Dios para liberar
y exaltar a Su Iglesia a su debido tiempo. Para tales fieles son
las benditas consolaciones del Salmo 91. Z.’04-74 |
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15 de
Noviembre
“El que dice que permanece en
él, debe andar como él anduvo.”
I
Juan 2:6
Debe andar como nuestro Señor anduvo, en su
comportamiento en general y su relación con todo lo que es bueno y
correspondientemente debe evitar todo lo que sea malo. Debe andar
tan cerca como sea posible de las pisadas de Jesús. Esto, sin
embargo, no significa que deberá o podrá, en un cuerpo imperfecto,
andar en toda la perfección de su Señor, quien aun en Su carne era
perfecto. Significa sólo lo que dice, que debiéramos andar como Él
anduvo, en la misma forma, en la misma dirección, hacia la misma
marca y estándar que Él reconoció y estableció. Z.’03-345 |
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16 de
Noviembre
“Ésta ha hecho lo que podía.”
Marcos
14:8
No es nuestro privilegio entrar en contacto personal
con nuestro Redentor, pero sí es nuestro privilegio ungir a los
“hermanos” del Señor con el dulce perfume del amor, de simpatía, del
gozo y de la paz, y lo más costoso de esto puede ser lo que se
relaciona con nuestras autonegaciones, lo que será más preciado en
la estima de nuestro Hermano Mayor, que declaró que según hagamos o
no a Sus hermanos, hacemos o no para Él… Nuestros vasos de
alabastros son nuestros corazones, que debieran estar llenos de los
más ricos y dulces perfumes de buenos deseos, amabilidad y amor
hacia todos, pero especialmente hacia Cristo, hacia la Cabeza,
nuestro Señor Jesús y hacia todos los miembros de su cuerpo, la
Iglesia; y especialmente de nuestra parte hacia los miembros que
sostienen el cuerpo que están ahora con nosotros, y sobre quienes
tenemos ahora el privilegio de derramar los dulces aromas de amor y
devoción en el nombre del Señor, porque somos suyos. Z.’99-78;
‘00-378 |
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17 de
Noviembre
“Pues a sus ángeles [mensajeros] mandará acerca
de ti, que te guarden en todos tus caminos.”
Salmos
91:11
Esto es, Dios levantará algunos pastores y maestros
fieles que velarán “por vuestros almas, como quienes han de dar
cuenta”. En verdad se levantarán falsos maestros, pervirtiendo la
Palabra del Señor y buscando por astutos sofisterías subvertir
vuestras almas; pero si en simplicidad de corazón los hijos de Dios
requieren un “Así dijo el Señor” por cada elemento de su fe, y
cuidadosamente prueban todas las cosas por medio de la Palabra,
serán capaces de distinguir rápidamente la verdad de la falsedad. Y
habiendo hecho así, el Apóstol Pablo nos aconseja tener confianza.
El Señor, nuestro Pastor, cuidará de las ovejas verdaderas. Z.
’04-75 |
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18 de
Noviembre
“El ángel de Jehová acampa
alrededor de los que le temen y los defiende.”
Salmos
34:7
Cuánto aumenta la confianza de un cristiano el
comprender que mientras los poderes terrenales pueden estar en
oposición y que él puede estar realmente sin poder para resistir a
los adversarios, y que además de los adversarios de carne y sangre,
comprende que también batalla con maldad espiritual en lugares
exaltados (contra Satanás y sus adláteres de las tinieblas), sin
embargo, por otra parte, “mayor es Aquel que está por nosotros que
todos los que están en contra”, y que todas las huestes celestiales
están sujetas a la voluntad divina y pueden ser usadas para el
avance de la causa divina de acuerdo a la sabiduría divina.
Z.’97-120 |
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19 de
Noviembre
“Velemos y seamos sobrios.”
1
Tesalonicenses 5:6
Velemos en el sentido de prestar cuidadosa atención a
todas las instrucciones que el Señor nuestro Dios nos ha dado,
acerca de lo que sería un aceptable servicio para Él. Velemos,
esforzándonos por andar tan cerca como sea posible de las pisadas
del gran Sumo Sacerdote. Seamos sobrios en el sentido de que no
seamos frívolos; para que mientras estamos felices, gozosos en el
Señor, libres de los ansiosos cuidados que están sobre muchos otros
por apreciar mal el carácter y plan de nuestro Padre, nosotros
podamos, sin embargo, ser sobrios en el sentido de seria apreciación
de las oportunidades y privilegios presentes en relación con el
servicio del Señor; no con irreflexiva negligencia, dejando que las
oportunidades y privilegios se deslicen de nuestras manos para ser
luego lamentados. Z.’02-239 |
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20 de
Noviembre
“Porque haciendo estas cosas
no caeréis jamás.”
II
Pedro 1:10
El caso no es hacer estas cosas perfectamente, y sin
considerar las justicias de Cristo para cubrir nuestras
transgresiones y compensar nuestras faltas diarias; pero si, sumada
a nuestra fe en la enlutada justicia de Cristo, hemos cultivado
todas estas gracias según nuestras habilidades, no caeremos. Cuando
hemos hecho todo lo que podemos hacer, somos todavía siervos
inútiles, que no nos atrevemos a creer en nuestra propia justicia,
sino en el amplio manto que es nuestra fe en Cristo mientras con
consistente “diligencia”, trabajamos por nuestra propia salvación
con temor y temblor, sabiendo que la justicia de Cristo sólo se
aplica a quienes desean abandonar el pecado y seguir aquella
“santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Z.’97-148 |
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21 de
Noviembre
“Hermanos míos, tened por sumo
gozo cuando os halléis en diversas pruebas.”
Santiago
1:2
Todos deseamos frecuentemente, sin duda, que las
pruebas terminaran y que fuéramos colocados entre los vencedores;
pero la paciencia, la fe y la confianza deben hacer un trabajo de
refinamiento en nuestros corazones, haciéndonos maduros, dispuestos
y obedientes para con el Señor. Dejemos que la buena obra
continúe. Regocijémonos si nuestras pruebas nos han traído
lecciones de cualquier clase que son provechosas para nosotros, que
hayan tendido a hacernos más fuertes en carácter, más firmes en la
verdad y la justicia, más concientes de nuestras propias
debilidades, y más en guardia contra ellas. Aun aquellos conflictos
que han resultado en victorias parciales posiblemente han sido para
nuestra ventaja. Aun en puntos que pudieran haber resultado en
fallas absolutas, el resultado puede ser un fortalecimiento del
carácter, una cristalización de determinación por mayor celo en
aquella dirección nuevamente, y una humildad de corazón frente al
Señor en oración. Z.’02-133 |
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22 de
Noviembre
“Porque me consumió el celo de
tu casa.”
Salmos
69:9
La gente fría, calculadora, puede tener otras buenas
cualidades, pero no hay lugar para la frialdad o aun la tibieza por
parte de aquellos que han probado una vez la gracia del Señor. A
tales, el amor encendido debiera llevarlos a un celo consumidor.
Fue así con nuestro Señor Jesús, y esta fue una de las razones por
la que fue amado por el Padre. Que todos los que desean ser
agradables a la vista de nuestro Señor lleguen a ser tan llenos con
el mismo espíritu de celo por la justicia y la verdad que los
consuma como sacrificios sobre el altar del Señor. Así serán más
agradables y aceptables para Él por medio de Jesús nuestro Señor.
Z.’98-112 |
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23 de
Noviembre
“Porque nos es necesaria la paciencia [alegre
sufrimiento, constancia], para que habiendo hecho la voluntad de
Dios, obtengáis la promesa.”
Hebreos
10:36
Así vemos que no es meramente hacer la voluntad de
Dios que es la prueba, sino que luego de haber alcanzado este punto,
esta marca de carácter en nuestros corazones, en nuestras voluntades
(si sólo parcialmente en la carne), debiéramos, con paciente
sufrimiento, establecer la justa voluntad de Dios como la ley de
nuestros corazones, la regla de vida bajo todas las circunstancias y
condiciones. Entonces, y sólo hasta entonces, estaremos en la
condición de corazón apropiada para el Reino. El apóstol Santiago
dice, “la prueba de vuestra fe produce paciencia [paciente
sufrimiento]”; es decir, si nuestra fe soporta la prueba, obrará
este carácter de paciencia en el sufrimiento. Por supuesto, por
otro lado, si no alcanzamos la paciencia en el sufrimiento,
significará que nuestra fe no ha soportado la prueba
satisfactoriamente, que no somos aptos para el Reino. Z.’01-117 |
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24 de
Noviembre
“Y por esto procuro tener
siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.”
Hechos
24:16
Nuestras conciencias requieren regulación, como lo
requieren todas las otras características de la naturaleza caída.
Si nuestras conciencias deben ser reguladas debemos tener algún
modelo por el cual disponerlas y regularlas. La conciencia es como
un reloj cuyo dial está apropiadamente marcado con las horas, pero
cuya conexión como medidas del tiempo depende de una apropiada
regulación de su muelle real, para que pueda señalar las horas
verazmente; así nuestras conciencias están listas para indicar lo
correcto e incorrecto, pero sólo se puede confiar en ellas para que
nos digan verdaderamente lo que es correcto y no, después de ser
reguladas en relación con el nuevo muelle real, el nuevo corazón, la
voluntad pura, traída a plena armonía con la ley de amor, como se
nos presenta en la Palabra de Dios. Z.’00-360 |
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25 de
Noviembre
“Cuando alguno es tentado no diga que es tentado
por parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal,
ni él tienta a nadie.”
Santiago
1:13
Hay una diferencia entre las tentaciones que el Padre
considera apropiadas y las tentaciones que vienen del adversario.
Las primeras son pruebas de lealtad hacia Dios y a los principios de
justicia, y están pensadas para ser una bendición y una ayuda a
todos aquellos que las soportan, y que así demuestran su lealtad a
la justicia. Las tentaciones de Satanás, por lo contrario, son
trampas y engaños del mal y la equivocación, tentaciones que hacen
aparecer a lo correcto como incorrecto y a lo incorrecto como
correcto, poniendo la luz por tinieblas y las tinieblas por luz. En
este sentido de engaño y trampa en el mal, Dios no tienta a nadie.
Z.’104-7 |
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26 de
Noviembre
“Y Jehová dijo [a Moisés]: ¿Qué es eso que tienes
en tu mano?”
Éxodo
4:2
Si
algún hombre quisiera ser usado más abundantemente por el Señor en
Su bendito servicio, que busque primero ser más y más capaz. Que
imite a aquel siervo amado y honrado, Moisés, en mansedumbre,
humildad, energía y celo infatigable y autosacrificio en el servicio
del Señor. Pero el mayordomo sabio procurará siempre cultivar sus
habilidades naturales, y no esperará que el Señor obre un milagro
para su avance, y así perder valioso tiempo buscando desarrollar lo
que no posee por naturaleza. Z.’94-143
Por tanto, que cada uno de nosotros busque por
humildad, por celo, por amor al Señor y a su causa, por fe en su
poder, estar en esta condición de corazón y mente que nos hará estar
listos para ser usados, y útiles en cada departamento del servicio
divino al cual el Señor puede agradarle llamarnos. Z.’01-348 |
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27 de
Noviembre
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica
en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia.”
Efesios
6:18
Debemos tener el espíritu de oración en todo lo que
hacemos y decimos: esto quiere decir, nuestros corazones tienen que
ir al Señor continuamente por guía en todos los asuntos de la vida,
para que hagamos con nuestras fuerzas lo que nuestras manos
encuentren para hacer, en tal forma que será aceptable para Él, y
que seamos protegidos por Él de la tentación que de otra manera
estaría más allá de nuestras fuerzas, y para que finalmente seamos
salvados del malvado y tengamos un lugar en el Reino de nuestro
Señor. Hermanos y hermanas, recordemos más y más, y pongamos en
práctica estas palabras de nuestro Señor, “velad y orad; para que no
entréis en tentación.” Z.’01-80 |
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28 de
Noviembre
“Si él diere reposo; ¿quién inquietará?”
Job
34:29
“¿Quién sino Él, el ‘Dios de toda consolación’, puede dar reposo en
medio de tumultos que se alzan sobre el alma como tormentas
repentinas sobre el mar? Como marineros en el océano de peligro,
clamamos a Él, y Él nos trae al ansiado puerto, bendito refugio, de
quietud y paz en Dios.
“O ¿cuál es el clamor que trae esta respuesta de
paz? No es una oración para que toda ocasión de disturbio sea
removida, porque no siempre es la voluntad divina traer paz al
espíritu humano en esta forma; no es esta siempre la mejor forma.
Pero hay un clamor que nunca falla en traer reposo que nadie puede
‘inquietar’. Es la oración por la dulce, confiada y amorosa
conformidad con la voluntad de Dios.” Z.’ 96-259 |
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29 de
Noviembre
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de
nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”
Hebreos
10:23
La promesa de Dios es el fundamento sobre el cual
todo lo que esperamos, tanto en carácter o gloria venidera, se
edifica. Apreciemos esta verdad para que no la comprometamos en
algún sentido o en algún grado; no sólo retengamos la Verdad en
letra sino también en espíritu; en amor a ella, porque es verdad,
así como también es hermosa y grande. Y recordemos siempre la
importancia del sufrimiento paciente, para que no sólo cultivemos
las gracias cristianas, y las practiquemos, sino que podamos tomar
gozosamente las pruebas, persecuciones o dificultades que el Señor
pueda ver como apropiadas, y permita que vengan sobre nosotros para
probarnos y para el desarrollo de ese carácter que Él nos explica es
de suprema importancia, y sin el cual el amor perfecto no puede ser
ni alcanzado ni mantenido. Z.’ 01-119 |
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30 de
Noviembre
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo.”
Mateo
28:20
Seguramente Aquel que fue cuidadoso en supervisar el
trabajo de la siembra, no está menos interesado y diligente con
respecto a la cosecha. Creamos entonces en la hoz de la Verdad con
energía y con coraje, recordando que servimos al Señor Cristo,
recordando que no somos responsables por la cosecha, sino meramente
por nuestra energía en juntar el “trigo” maduro que podamos hallar.
Si la labor es grande para hallar unos pocos granos de trigo maduro,
debemos regocijarnos más en aquellos que hallamos, y aprender a amar
y apreciar lo que es escaso y precioso. Recordemos también mientras
usamos toda la sabiduría que podemos en este servicio, que el
objetivo del Señor al darnos parte en Su obra no se relaciona con
cuánto podamos llevar a cabo sino más bien con la bendición que la
labor traerá sobre nosotros. Z.’01-155 |
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