Es porque vemos que Jesús es el elegido del Padre que nos unimos a Él; porque vemos el carácter del Padre manifestado en Él que dejamos todo para seguirlo.  En forma similar, si brindamos nuestra ayuda, nuestro apoyo a cualquier ser humano en relación con el plan y servicio divino, debiera ser simplemente sobre este terreno, no meramente un magnetismo o favoritismo personal, sino porque nuestros corazones son conmovidos por el Señor al comprender que el líder es Su elección.  Z. ’03-206

El conocimiento debe ser altamente estimado en la iglesia, y ser considerado como una evidencia de progreso, de crecimiento; porque ninguno puede crecer fuerte en el Señor y el poder de Su fuerza (en gracia) a menos que también crezca en conocimiento.  Apropiadamente estimamos más a aquellos cuyo amor por el Señor y su verdad se evidencia por el celo en el estudio de Su Palabra, y cuyo favor con Dios se evidencia por ser guiados más a las cosas profundas de Dios.  Sin embargo, como en la familia terrenal amamos y cuidamos a los bebés y los inmaduros, así también en la familia de la fe los pequeños deben ser cuidados y amados y ayudados para que puedan crecer fuertes en el Señor y en el poder de Su fuerza.  Z. ’03-207

Aquel que da su voluntad, su corazón al Señor, da todo; aquel que no entrega su voluntad, que no entra en obediencia de corazón hacia el Señor, no puede ofrecer sacrificio que sea aceptable al Señor.  “Ciertamente, el obedecer es mejor que los sacrificios”, es una lección que debiera estar profundamente grabada sobre los corazones de todos los santificados en Cristo Jesús.  Tener el espíritu de obediencia es necesario también, y cualquiera que tenga también el espíritu de obediencia no sólo obedecerá la voluntad divina, sino que buscará conocer más y más la voluntad divina para poder obedecerla.  Es para esta clase que las Escrituras declaran, “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí”.  Y otra vez, en las palabras de nuestro Señor, “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”.  Z. ’03-220

Poderoso, imponente y aterradora es la influencia del miedo, excepto sobre aquellos que han aprendido a conocer al Señor a través de experiencias previas, y a confiar en Él aun donde no pueden encontrarlo.  El gigante del miedo y el desánimo debe ser enfrentado con el guijarro del arroyo, “está escrito”.  La honda de la fe debe impulsar la palabra de la promesa con tal fuerza como para matar al adversario y librarnos de su dominio… Así armados  solamente con la Palabra de Dios, y confiando en su vara y su cayado podemos tener coraje y responder a las imposiciones del sectarismo como David le respondió al filisteo, “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”. Z. ’03-329

Los celos son uno de los grandes enemigos que confrontan todos los cristianos.  Deben ser eliminados de la vista como un enemigo de Dios, del hombre y de todo buen principio, y en la medida que su presencia haya manchado el corazón aun por unos momentos una purificación del espíritu de santidad y amor debiera ser invocada. Los celos no sólo son un monstruo cruel por sí mismos, sino que sus venenosos colmillos casi con seguridad traerán pena y problemas sobre otros, así como traerán aflicción, y finalmente, destrucción sobre aquellos que los cobijan.  Los celos son pecado en el pensamiento, maldad en el pensamiento, y son muy aptos para llevar rápidamente al pecado y la maldad en la acción.  La mente, si alguna vez fue contaminada con celos, puede con gran dificultad ser limpiada alguna vez completamente, porque rápidamente ellos traen todo lo que está a su alrededor a su propio color y carácter.  Z. ’03-330

Nada de modo alguno nos lastimará. Las cosas pueden interferir con nuestros intereses carnales o nuestra comodidad o el curso de nuestros asuntos; pero cuando recordamos que no estamos en la carne sino en el espíritu, que es como Nuevas Criaturas que el Señor nos ha prometido el Reino a Su debido tiempo, podemos comprender que ninguna influencia exterior puede interferir con nuestros intereses reales, nuestros intereses espirituales, ni impedir que alcancemos las glorias del Reino que el Señor ha prometido a Sus fieles.  Sólo nuestra falta de confianza en el Señor y nuestra infidelidad a Él puede separarnos de Su amor y Sus promesas.  Z. ’03-331

Estas Nuevas Criaturas en Cristo Jesús se conocen unas a otras no de acuerdo a la carne sino de acuerdo al Espíritu.  En el espíritu o nueva mente de unos y otros están los más nobles sentimientos, las más altas aspiraciones, aquello que es bueno, verdadero, noble, puro, cualquiera sea su debilidad de acuerdo a la carne.  Se aman unos a otros desde el nuevo punto de vista de la intención, la voluntad, la armonía con Dios, y su amistad se incrementa a medida que perciben mutuamente la energía al pelear la buena batalla de la fe contra las malvadas influencias del mundo, la carne y el adversario.  No la lengua ni el lápiz pueden expresar apropiadamente el amor, la amistad, que subsiste entre estas Nuevas Criaturas en Cristo Jesús, para quienes las cosas viejas han pasado, y todas las cosas son hechas nuevas.  Z. ’03-333

Dios ha colocado el asunto expresamente en tal posición que su pueblo debe hacer su elección, y perder ya sea la amistad y compañerismo divinos, o la amistad y compañerismo del mundo; porque aquellas cosas que el Señor ama son desagradables para el mundo, y aquellas cosas que el mundo ama, malas obras y malos pensamientos, malas palabras, son abominación a la vista del Señor, y aquellos que aman y practican tales cosas pierden Su compañía; no son de Su Espíritu. “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él”.  Z. ’99-70

Es el deber de cada hijo de Dios estar muy activo en la diseminación de la verdad, en dejar que su luz brille, y en mantenerla en buen estado y ardiendo.  “En buen estado y ardiendo”, ¿qué significa esto? Significa que debemos prestar gran atención a las palabras de vida para que lleguemos a un conocimiento exacto de la verdad, y que fiel y cuidadosamente debemos limpiar cada vestigio de error tan pronto como nos resulte visible, sea un error en la doctrina o en nuestro diario caminar o hablar, para que la luz pura de la Verdad divina pueda brillar con la menor obstrucción posible, a través de un carácter limpio y transparente.  Z. ’03-358

El gusto depravado se cerca detrás de la conciencia, y declara que siempre es correcto decir la verdad, y por tanto Dios no puede haber dicho que decir la verdad pudiera ser calumnia; sino que al condenar el hablar mal y la calumnia, como obras de la carne y el diablo, Él debe haber significado el hablar lo que es falso, no verdadero.  Este es un gran error: una calumnia es igualmente una calumnia, sea falsa o verdadera, y así es considerada, no sólo por la ley de Dios, sino también por las leyes de los hombres civilizados.  Una calumnia es cualquier cosa dicha con la intención de perjudicar a otro, sea verdadero o falso, y las leyes de los hombres concuerdan con la ley de Dios, que tal perjuicio hacia otro es incorrecto.  Z. ’99-70

El llevar su cruz significó para el Señor hacer la voluntad del Padre bajo condiciones desfavorables. Este proceder trajo sobre Él envidia, odio, malicia, contienda, persecuciones, etc., por parte de aquellos que pensaban de sí mismos ser el pueblo de Dios, pero de quienes nuestro Señor, que leía sus corazones, declaró ser su padre, el diablo.  Ya que estamos caminando en el mismo “camino angosto” que caminó nuestro Maestro, debemos esperar que nuestras cruces sean de una clase similar a las de Él, oposición a que hagamos la voluntad de nuestro Padre en los cielos, oposición a servir para Su causa y dejar que la luz brille como indicó nuestro Maestro y Líder.  Z. ’03-345

“Tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”, explica el apóstol. Evidentemente, entonces, la paciencia incluya otras gracias del carácter, implica su posesión hasta cierto grado. Entre el pueblo del Señor seguramente la paciencia debe estar precedida por la fe, y el grado de paciencia generalmente mide el grado de fe.  El cristiano que se encuentra impaciente e inquieto evidencia falta de fe en el Señor; porque si no, sería capaz de descansar en las promesas de gracia del Señor, y esperar por su cumplimiento.  Después de usar razonablemente la diligencia y energía debiera contentarse con dejar los resultados, los tiempos y las sazones del Señor.  Z. ’03-361

Como nuestro Señor, busquemos ser pacificadores, y mora junto con todos los hermanos en la unidad del Espíritu, y en los lazos de paz. Que nuestras actividades, nuestra combatividad, etc., estén comprometidas contra el gran enemigo y todas las obras del pecado, incluyendo a aquellos en nuestros miembros, nuestra propia carne caída. Nosotros, y todos los hermanos, encontraremos así suficiente compromiso para cada elemento combativo de nuestra naturaleza, en formas que agradan al Señor, y uno para cada cualidad loable y útil que poseemos, para edificarnos unos a otros, y hacer el bien a todo hombre según tengamos oportunidad, y especialmente a la familia de la fe. Z. ’03-363

Pueden hablar mal de nosotros y calumniarnos, pero todos los que nos conocen que tienen trato con nosotros, debieran encontrar por experiencia nuestra lealtad de principios, nuestro esfuerzo para que las palabras de nuestra boca así como las meditaciones de nuestro corazón y la conducta en la vida sean agradables al Señor y un honor para su nombre y causa para que Dios pueda ser glorificado por medio de Cristo, a quien pertenece la gloria y el Reino para siempre.  Z. ’03-36

Aquellos que con diligencia viven separados del mundo en los asuntos espirituales, y reconocen como hermanos sólo a aquellos que confiesen la circuncisión del corazón y son aceptados en la familia de Dios, encontrarán que se le oponen los moralistas, los liberales y los altos críticos, así como las masas, que odian la luz, porque ella condena su oscuridad de doctrina y de cualquier otra forma. Sin embargo, este es el único camino bueno y seguro.  Es mucho mejor reconocer sólo a los verdaderos Israelitas como hermanos, y así separar el trigo verdadero de la cizaña.  Z. ’99-203

Si tenéis pruebas y tentaciones que sois capaces de vencer, y que están desarrollando en vuestro carácter paciencia, experiencia, amor fraternal, simpatía y amor, regocijaos y ofreced la oración de gratitud y reconocimiento a la misericordia y ayuda divinas.  Si vuestras pruebas parecen más pesadas de lo que podéis soportar, y parecen aplastaros, llevad el asunto ante el gran llevador de cargos y pedid Su ayuda para soportar cualquier cosa que pueda haceros bien, y para aliviarnos de todo aquello que no os haga bien, sino que pudiera lastimaros. Z. ’96-163

Cada hijo verdadero de Dios debe tener un carácter cristiano definido e individual que no dependa para su existencia de la vida espiritual de cualquier otro cristiano. Debe extraer de la Palabra de Verdad, proclamada y ejemplificada por otros cristianos aquellos principios de vida, etc., que le dan un carácter establecido, una individualidad espiritual propia.  Tan positiva y definida debiera ser la individualidad espiritual de cada uno, que, aunque el amado hermano o hermana cuya vida espiritual nutrió primero la nuestra y nos trajo a una entereza de carácter, cayera (lo cual el apóstol muestra que no es imposible, Hebreos 6:4-6; Gálatas 1:8), nosotros aún vivamos, siendo capaces de apropiarnos por nosotros mismos el Espíritu de Verdad.  Z. ’03-375

El Señor siempre está presente con su pueblo. Siempre está pensando en nosotros, cuidando a nuestros intereses, guardándonos del peligro, proveyéndonos de las cosas temporales y espirituales, leyendo nuestros corazones, marcando cada impulso de amorosa devoción hacia Él, moldeando las influencias a nuestro alrededor para nuestra disciplina y refinamiento, respondiendo a nuestro más temido llamado de ayuda, simpatía o compañerismo con Él.  El nunca está ni por un momento fuera de guardia, sea que lo llamemos en las horas atareadas de medio día o en las silenciosas vigilias de la noche. ¡Cuán bendita es la comprensión de tal perdurable fidelidad! Y ningún hijo verdadero de Dios está desprovisto de esta muestra de su adopción.  Z. ’03-376

Nuestro Señor siempre asocia el progreso y desarrollo de nuestra vida espiritual con la forma en que recibimos y obedecemos la Verdad, y cada hijo de Dios debiera estar prevenido de aquella enseñanza que pretenda estar más avanzada que la Palabra, y que Cristo o el Espíritu Santo habla a tales cristianos aventajados independientemente de la Palabra.  Esto cultiva el orgullo y la jactancia espiritual, y vuelve impotente las amonestaciones y reconvenciones de las Sagradas Escrituras porque los engañados piensan que tienen un maestro superior morando en ellos.  Y Satanás, tomando ventaja del engaño, los lleva cautivos a su voluntad.  Z. ’03-377

Llevamos siempre en la memoria que a un corazón quebrantado y contrito el Señor nunca lo desprecia, y nunca lo desechará.  Por tanto, cualquiera sea la dificultad que alguien del pueblo del Señor de la Nueva Creación pueda tropezar, si están hambrientos de la compañía y perdón del Señor, y tienen sus corazones contritos y quebrantados, no se desesperen, sino recuerden que Dios ha hecho una provisión a través del merito de Cristo que lo capacita para aceptar libremente y justificar de todo pecado a todos los que vienen a Él por medio de Jesús, por medio de la fe en Su sangre… Aquellos que tienen corazones quebrantados y contritos a causa de sus pecados deben saber que no han cometido “el pecado hasta la muerte”,  porque su condición de corazón prueba esto, como lo declara el apóstol: “Porque es imposible que… sean otra vez renovados para arrepentimiento” cualquiera que haya cometido el pecado hasta la muerte. Z. ’03-383

La oveja de la manada pequeña no teme ningún mal a causa del favor del Señor, porque Él está con ellos, a su lado, y ha mostrado su favor en el precio de redención ya pagado. Él está con ellos, también, en Su palabra de promesa, Su afirmación que la muerte no significará la extinción de la vida, sino meramente hasta la resurrección, un imperturbable sueño en Jesús.  Qué maravilla que estos puedan caminar a través del valle de sombra de muerte cantando y haciendo melodía en sus corazones al Señor, invocando en sus almas todo lo que está en su interior para alabar, loar y magnificar Su santo y grande nombre, porque Él nos amó y nos compró con Su sangre preciosa, y nos ha llamado a ser coherederos con nuestro amado Redentor.  Z. ’03-413

La bondad y misericordia que anticipamos más allá del velo ya tienen su comienzo aquí y así debemos apreciarlos.  Cualquiera que no sepa nada de los gozos del Señor en el tiempo presente evidentemente no estará preparado para los gozos del Señor en el Reino, cualquiera que sean las bendiciones y gozos que pueda alcanzar bajo la administración del Reino durante la Edad Milenaria.  Hay entonces gozo y regocijo conferidos a los fieles del Señor, no como un asunto momentáneo relacionado con su primera aceptación del Señor y su consagración a Él. La bondad y misericordia del Señor no debe ser vista como algo del pasado remoto, sino que debe ser reconocida y apreciada como una cosa del presente.  Día a día el bien y la misericordia de Dios nos siguen, nos refrescan, nos fortalecen, nos bendicen.  Z. ’03-413

Nuestra buena pelea de fe consiste en una medida considerable en nuestra defensa de la Palabra de Dios, que incluye también nuestra defensa del carácter de Dios.  Esto significará que estemos dispuestos a apoyar la Verdad a cualquier costo y contra cualquier manera de agresores; contra los credos y teorías de los hombres, que pudieran tergiversar las buenas nuevas de gran gozo que el Señor y los apóstoles han anunciado, y que, gracias a Dios, anunciarán aun a todos los pueblos. Como dice otra vez el apóstol, “estoy puesto para la defensa del evangelio”. Nosotros no podemos hacer menos que defender la Verdad. La Verdad es representativa de Dios, representativa de Cristo, y por tanto nuestro estandarte, y como verdaderos soldados debemos defender nuestro estandarte, aun hasta la muerte.  Z. ’03-423

Hay una tendencia del cuerpo, de la carne, de levantarse de su condición contada como muerta, por lo cual la nueva naturaleza necesita estar continuamente alerta para mantener su influencia, para pelear la buena batalla de la fe y para ganar el premio como un ganador.  Estas batallas de la nueva mente contra la carne son buenas peleas en el sentido de que nadie puede mantener esta batalla contra sus pecados y debilidades que pertenecen a la naturaleza caída.  Son una batalla de fe en el sentido que el curso entero de la Nueva Criatura es un curso de fe, como dice el apóstol “andamos por fe y no por vista”…Es una batalla de fe en el sentido que nadie puede mantener esta batalla contra su propia carne y sus propensiones y deseos, a no ser que ejercite la fe en las promesas y en el Señor como su auxiliador.  Z. ’03-425

Verdaderamente Él es capaz y está deseoso de salvar hasta lo sumo a todos los que vienen a Dios por fe. Z. ’03-440

Recordemos a medida que pasan los días, nuestra triple relación con este Templo: (1) Estamos todavía en proceso de preparación como piedras vivas. (2) Como miembros del Real Sacerdocio que llevan el Arca, nosotros marchamos desde el Tabernáculo hacia la condición del Templo; algunos de nuestra compañía ya han entrado y algunos están todavía en camino. (3) Como pueblo del Señor ha llegado para nosotros el tiempo de conocer, de cantar con espíritu y entendimiento el nuevo cántico de misericordia, justicia, amor y verdad divina.  Seamos fieles en cada uno de estos aspectos, cumpliendo nuestra parte, y dentro de poco nuestro curso terminará y la gloria del Señor llenará el Templo. Z.’03-443

Las tentaciones exaltan continuamente el pueblo del Señor, sugerencias de hacer alguna obra maravillosa en su nombre, y probar así a otros y a ellos mismos que ellos son los favoritos del cielo. La lección que debemos aprender es que la obra que el Padre nos ha dado para hacer no es una obra de convencer al mundo o de mostrarle Su favor hacia nosotros y nuestra grandeza en Él, sino más bien que tranquila y humildemente, y sin embargo tan efectivamente como la razón y la propiedad lo permitan, dejemos brillar nuestras luces, y que las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, y del deseo de ser obradores de maravillas a la razonable posición de siervos, ministros de la Verdad. Z. ’04-9

Dudar después que el error es visto aumenta el poder de la tentación. Z. ’03-32

“Donde la jactancia termina, la verdadera dignidad comienza.”  Z. ’03-329