EL SÉPTIMO DÍA O ÉPOCA.
La explicación aquí presentada respecto a la creación está de acuerdo con
las ideas sostenidas por la mayoría de investigaciones de historia bíblica.
Vivimos en el séptimo Día o época, que empezó al terminarse el sexto en que
Adán fue creado a imagen y semejanza de Dios. -Génesis 1:26, 27.
Al llegar a este punto Jehová descansó de su obra, eso es, dejó de crear.
Él sabía de antemano que el pecado sería permitido y que tendría un efecto
desastroso sobre la humanidad. Sabía además que vendría el Redentor provisto
por Él, y que ese Redentor escogería una compañía de creyentes que llamaría
su Desposada. Al Redentor y a su Esposa piensa Jehová entregar el dominio de
la tierra, sabiendo que bajo el reino justo del Mesías la pobre humanidad
logrará librarse de la esclavitud del pecado y de la muerte, con tal de que
rindan obediencia absoluta a su Rey.
Dios descansó en el sentido que no hizo nada por destruir el pecado
ni elevar a la humanidad. Esa obra grandiosa fue confiada a su Hijo, nuestro
Redentor, que por medio de su sacrificio rescató a la raza, y con su reino
logrará borrar para siempre las huellas de la muerte y del pecado. La
Iglesia, nueva creación de Dios, creada durante el periodo de descanso,
no pertenece a la tierra. -II Corintios 5:17, Hebreos 3:1; 4:1-4.
Según la cronología bíblica, seis mil años han transcurrido desde la
creación de Adán. De ser así, los mil años del Reino del Mesías, el último
milenio de los siete del séptimo Día, está amaneciendo ya.
De acuerdo con esta bellísima teoría, la obra del Mesías durante los mil
años de su reino pronto a ser inaugurado, terminará la creación en la
tierra. La raza no sólo habrá vuelto a la perfección humana sino que además
de esa perfección poseerá el conocimiento del bien y del mal, adquirido por
medio de su triste y dolorosa experiencia. Mientras tanto la tierra se irá
embelleciendo y perfeccionando hasta llegar a ser un nuevo Paraíso. Esa
perfección humana y terrestre fue propiamente ejemplificada en el Edén donde
el hombre, hecho a imagen de su Creador, era un rey, un monarca absoluto.