LA ESPERANZA DEL LADRÓN CRUCIFICADO.
En la presencia de todo el mundo lavóse Pilato las manos para hacerles
comprender a los judíos que ninguna culpa tenía él de la muerte de Jesús;
luego dio órdenes para la ejecución. El gobierno romano exigía a sus
representantes justicia absoluta cuando se trataba de sus ciudadanos, pero
los demás juicios y decisiones debían ser conciliativos.
A Jesús le crucificaron en medio de dos ladrones y sobre su cabeza colocaron
un escrito revelador del crimen por el cual morían en la cruz: “JESÚS, REY
DE LOS JUDÍOS.” Pocas muertes hay tan dolorosas como la de un crucificado.
-San Mateo 27:37.
Uno de los ladrones escarnecía sin cesar al Señor, diciendo: ¡Si eres el
Hijo de Dios, el Mesías y el Rey, pruébalo, bajándote de esa cruz! De
salvarse a sí mismo no hubiera podido salvar al mundo, pues su muerte
únicamente podía redimir a Adán y su raza de la pena de muerte que pesaba
sobre ellos. Murió Jesús voluntariamente, y ese postrer sacrificio fue el
más sublime de toda su vida abnegada.
El otro ladrón defendió a Jesús diciendo que Él era del todo inocente, pero
que ellos dos merecían la pena que les había sido impuesta.
Después de defenderle, el ladrón arrepentido volvióse hacia el Cristo, y
dijo: Señor, si en realidad eres un rey, y llegas alguna vez a establecer tu
reino, acuérdate de este pobre ladrón; ¡haz algo por mí! Jesús le contestó:
¡Amén! esto es, ¡Así sea! A pesar de que hoy me ves aparentemente sin un
amigo en la tierra ni en el cielo, este mismo día te aseguro que estarás
conmigo en el Paraíso. Se establecerá mi Reino. Bajo su influencia
bienhechora la tierra se volverá un Paraíso. Allí hallarás tu recompensa.
La coma mal colocada en nuestra Versión Común nos ha extraviado a todos.
Jesús no estuvo aquel día en el Paraíso pues éste aún no se había
establecido. Y para más, le dijo a María tres días después: “No he ascendido
todavía adonde mi Padre.” Dice San Pedro que estaba muerto y que su alma
resucitó el tercer día. (Hechos 2:31). Toda la humanidad gozará de los
privilegios del Paraíso.
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