EL BAUTISMO DE JESÚS.
Con gran sorpresa de parte de Juan se le presentó Jesús a ser bautizado por
él. Juan exclamó: Yo he menester ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí?
Ningún pecado tienes tú de que arrepentirte. Jesús no le dio explicación
alguna sino que le dijo sencillamente: “Consiente ahora.” Así le indicó que
no necesitaba del bautismo para quitar sus pecados, pero que para Él tenía
otro significado que no quería descubrir. San Pablo explica lo que quería
decir ese bautismo: simbolizaba la consagración de Jesús hasta la muerte
como sacrificio vivo a Dios. -Hebreos 10:5-9.
Jesús declaró más tarde que su ministerio de tres años y medio no fue sino
el cumplimiento de esa misma consagración, celebrada a los treinta años
cuando fue bautizado. El bautismo en las aguas del río Jordán simbolizaba el
acto de entregarse a la muerte después de someter su vida al servicio de
Dios, su Padre. Al terminar su ministerio dijo: “Con un bautismo empero
tengo que ser bautizado; ¡y cómo me angustio hasta que se haya cumplido!”
(San Lucas 12:50) Y al día siguiente, en la Cruz exclamó: “¡Consumado está!”
Su bautismo a la muerte, empezado en el Jordán, se había concluido.
En este particular los discípulos de Jesús siguen su ejemplo. Se bautizan a
su muerte y de ese modo a su Cuerpo son bautizados. (Romanos 6:3). Ese
bautismo del “Rebaño de Cristo,” su Cuerpo, no será completo hasta que el
último miembro haya pasado por debajo del Velo de la Muerte, cuando el
bautismo del CRISTO, compuesto de muchos miembros, habrá terminado. Luego,
más allá de la muerte, el cuerpo bendito recibirá la gloria, la honra y la
inmortalidad prometidas, y heredará con Jesús el Reino Mesiánico. “Si
sufrimos con Él, con Él también reinaremos.”
Cuando Jesús salió del agua “los cielos le fueron abiertos,” eso es, se le
hicieron más claras las verdades espirituales, y empezó a comprender “las
cosas profundas de Dios.” (1 Corintios 2:10). Este esclarecimiento le vino
al recibir el Espíritu Santo por el cual todos sus discípulos son
engendrados Hijos de Dios, iluminados y hechos coherederos con Jesucristo.
-Hebreos 10:32.
Anointed by the Spirit
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