EL TABERNÁCULO SIMBÓLICO.
Bien sabía Dios que les sería imposible a los hebreos cumplir su parte
correspondiente en el Pacto de la Ley, pero les dio instrucciones minuciosas
respecto al Tabernáculo y los sacrificios que en él habían de ofrendarse,
por representar éstos “los sacrificios mejores,” que son de vital
importancia para todo cristiano. El Tabernáculo, que incluía el Atrio, Santo
y Santísimo, con el mobiliario que contenía, los sacerdotes y los
sacrificios, representaba los detalles más importantes del Plan Divino.
Dice San Pablo que el novillo ofrendado por el pecado en el Día de la
Expiación era símbolo de Jesús. La muerte del novillo representaba el
sacrificio de Cristo que empezó en el momento de su bautismo. El sacerdote
que sacrificaba los animales ofrendados también fue tipo del Sumo Sacerdote
nuestro, Jesucristo. El incienso quemado en el altar de oro del Santo
representaba los esfuerzos incansables de Jesús de agradar y obedecer en lo
más mínimo a su Padre.
El acto de llevar la sangre dentro del Santo simbolizaba la consagración del
individuo, que al pasar por debajo del Velo somete su voluntad a la del
Creador. Desde este momento es una Criatura Nueva. El sacerdote, al pasar
por debajo del Velo, representaba al Hombre Cristo Jesús vaciando su alma en
el Calvario, sometiendo a la muerte el cuerpo que Dios le había preparado.
El sacerdote, al entrar en el Santísimo y delante del Propiciatorio rociar
la sangre, representaba a Jesús en el cielo ofrendando a la Justicia Divina
primero, su propio sacrificio, y luego el de su Desposada. Nada podía
hacerse con la sangre del macho cabrío (representando a la Iglesia), hasta
que la del novillo (Jesús) la hubiera hecho santa y aceptable.
Aarón, cuando salía para bendecir a la congregación representaba al Mesías
en su Segundo Advenimiento bendiciendo a todos los “Israelitas verdaderos”
durante el Reino Mesiánico. El grito de alegría y la postración de la
multitud simbolizaban el acto de reconocimiento por parte de la humanidad al
verse libre del dominio de la Muerte. Al ponerse en pie de nuevo indicaban
en figura la resurrección.