LA TORRE DE BABEL.
Años después del Diluvio la tierra se hallaba de nuevo poblada. La historia
narrada por Noé y los suyos estaba ya casi olvidada, y el arco de la Promesa
había dejado de tener tanta importancia. Habiendo perdido en gran parte la
fe y confianza en Dios, la gente empezó la edificación de la Torre de Babel
que, a pesar de los que pudiera hacer Dios, les habría de salvar en caso de
otro Diluvio como aquel que había azotado a la tierra. ¡Cuán poco
comprendían de la majestad, poder y sabiduría de Dios! Las Escrituras
condenan enfáticamente esa falta de fe entre los cristianos que da lugar a
tantos y tan diversos ensayos para la protección de sus personas e intereses
sin contar para nada con el Hacedor Todopoderoso y su Plan Divino. Vivimos
en una época desprovista de fe en Dios y en sus preciosísimas promesas,
hasta un grado alarmante.
Dio fin Jehová a tan presuntuosa empresa confundiendo la lengua de la
población, de modo que no pudieron cooperar en la construcción del edificio,
y los esparció a partes distantes. Las Biblia, haciendo referencia a esto
dice que “fijó sus tiempos señalados, y los términos de su habitación; para
que buscasen a Dios si acaso palpando a tiento le hallasen.”
La diversidad de idiomas es una de las cosas más extrañas del mundo; es una
barrera eficaz para evitar que la humanidad se una en cualquier empresa
pecaminosa o egoísta. Ha hecho mucho por retardar el gran Día de la ira de
Dios.
Ahora se están demoliendo esas barreras, y vemos que la tendencia general es
hacia la federación o unión, para aumento de fuerzas. Las corporaciones y
las grandes ligas obreras tuvieron por cuna el deseo egoísta de la
protección personal. ¡El despertar de la inteligencia en las masas y el uso
tentativo de una lengua común hacen temblar los tronos de los reyes! De
haber sido quitadas esas barreras dos mil años há, los mismos
acontecimientos habrían sobrevenido, con anterioridad al tiempo prefijado
por el Supremo Hacedor, en cuya mano la tierra se prepara para el Reino,
desbordante de bendiciones, del glorioso Mesías.