EL REY DARIO Y CIRO.
Por su integridad de carácter el profeta Daniel era muy estimado del rey
Darío. Los compañeros de Daniel, en cambio, le odiaban, porque él no les
permitía cometer injusticias. Querían acusarle de algo, y no pudiendo
cogerle en falta, pretextaron su fe religiosa. Insistieron en que Darío
obtendría mayor influencia si obligaba a todo el mundo a adorarle como si
fuese un dios. Le dijeron que esta medida haría que el pueblo le fuera más
leal. Lograron de su mano un entredicho al efecto que cualquier persona que
se negare a adorar a Darío sería echada en un foso de leones. Luego se
pusieron a velar a Daniel y lo denunciaron.
Era una ley de Medo-Persia que una vez impuesto un edicto real, era
imposible dejarlo de cumplir; así fue que aun cuando el rey se afligió
profundamente al saber que su oficial predilecto se hallaba convicto, no
tenía el poder de libertarlo. Empero no perdió la esperanza que el Dios de
Daniel hiciera algo por él.
A Daniel le echaron dentro del foso de los leones y a la mañana siguiente lo
vieron salir ileso. Sus compañeros que tan vil traición le hicieran, fueron
echados más tarde en el mismo foso.... ¡y los leones los devoraron! -Daniel
6:14-24.
A la terminación de los setenta años de desolación pronunciados contra
Jerusalem, conmovió Dios el corazón de Ciro para que devolviera la libertad
a los judíos cautivos, y les permitiese tornar a Palestina. Además les dio
dinero y decretó que las vasijas de la Casa del Señor que se le habían
sacado fuesen devueltas. Solamente unos cincuenta mil israelitas regresaron
a su patria; ¡tanto se había menguado la inmensa multitud llevada al
cautiverio! Los que aún creían en el Pacto hecho con Abraham tornaron y
reconstruyeron la ciudad y luego, en el tiempo de Ezdra, el Templo. Los
demás se habían extraviado, yendo en pos de placeres mundanos en Babilonia.
De ese modo separó Dios a los buenos de Israel en preparación para el
Mesías. Y a pesar de esto, ¡cuan pocos fueron los “Israelitas verdaderos”
que conocieron a su llegada el día tan esperado!
La historia romántica de la reina Ester, esposa del rey Asuero, pertenece a
la época del rey Ciro.
Proclamation of King Cyrus
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