“RESUCITADO UN ESPÍRITU”.
Como eran todavía hombres naturales los Apóstoles, no pudieron comprender
las cosas espirituales -hasta el Pentecostés. Era, por lo tanto, necesario
que la resurrección de Jesús fuese demostrada y probada por medios
naturales. Los creyentes únicamente podían recibir la iluminación del día
del Pentecostés. Además de creer, era preciso tener una honda convicción de
esta verdad: que Jesús había resucitado y que ya no era un ser humano sino
un espíritu.
Tres días después del Calvario, las mujeres que llevaban al sepulcro
especias aromáticas para embalsamar el cuerpo del Maestro, hallaron la tumba
vacía. Al volverse María se encontró con el Señor sin conocerlo, pues creyó
fuese el hortelano. Él se reveló por el modo familiar con que la llamó y
luego le dijo: “Aún no he ascendido adonde mi Padre y tu Padre, mi Dios y tu
Dios.” Difundióse la buena nueva. San Pedro y San Juan quedaron asombrados y
echaron a correr hacia la sepultura. ¡Al llegar allí no vieron sino un
sepulcro vacío y el sudario cuidadosamente doblado!
Estando un poco más avanzado el día, dos de los Apóstoles salieron para
Emáus, cuando Jesús se les reunió bajo otra forma desconocida. Les habló de
las profecías y símbolos que se referían a la muerte del Mesías como
Redentor del mundo, diciendo: “Así convino que sufriera el Mesías y entrara
en su gloria.” A la hora de comer se sentó con ellos y por un acto familiar
se reveló y desapareció a su vista.
Aquella noche había una reunión de los discípulos en un aposento alto, a
puertas atrancadas, por temor a los judíos. Repentinamente, y sin que se
abriera ninguna puerta, apareció Jesús en medio de ellos, de una manera
distinta de las que le habían visto. Esta vez se les presentó tal como era
al morir. Se sobrecogieron de espanto no obstante, y Él les tuvo que decir
que lo que veían era carne y hueso, y para convencerlos, comió algo en su
presencia. Ya no era humano el Cristo, sino que fue resucitado un espíritu,
pero tenía el poder de materializarse -poder que los ángeles (y Él mismo
antes de ser hecho hombre) poseían. -1 Corintios 15:44.