LOS ISRAELITAS EN EL DESIERTO.
En el desierto tuvieron los israelitas muchas experiencias importantes. Dios
les mandó el maná que caía durante la noche en forma de granito. Para
poderlo comer era preciso primero recoger y prepararlo, de ese modo
confirmando la sentencia ha tiempo impuesta: “Comerás con el sudor de tu
frente hasta que vuelvas a la tierra.” La necesidad del trabajo ha
constituido una de las cosas de más mérito para la humanidad. Sin él la raza
humana estaría aun más degenerada.
Jesucristo dice que Él es el simbólico Maná que nos tenemos que apropiar
antes de obtener la vida eterna. -San Juan 6:48-58.
Un número inmenso de codornices fue enviado por Jehová a los israelitas.
Nuestra Versión Común da a entender que cayeron sobre la tierra que
cubrieron como a dos codos de altura. Los críticos consideran esto como un
absurdo. Mucho más razonable es el relato contenido en la Versión Moderna
española donde dice que las aves, fatigadas después de la travesía del Mar
Rojo, volaron muy cerca de la tierra, siendo de ese modo fácil presa para
los israelitas.
El milagro de la Roca Herida es bien digno de estudio, y lleno de enseñanzas
de valor. Cuando el pueblo clamaba por agua y estaban todos desfallecientes,
hirió Moisés una peña en el nombre de Dios y brotó agua en abundancia, y las
gentes se refrescaron. Dice San Pablo que este fue un hecho profético del
Cristo que con su muerte proveyó el Agua de la Vida para todos. -1 Corintios
10:-14.
El pueblo fue víctima de una plaga de serpientes venenosas. De acuerdo con
la instrucción divina hizo Moisés una serpiente de bronce que alzó sobre un
palo. Los que fueron mordidos por las serpientes miraban la que Moisés había
hecho y obtuvieron alivio. Esas serpientes ponzoñosas simbolizan el pecado
que causa la muerte. Dios ha provisto para la humanidad mordida y moribunda,
alivio y vida por medio de la crucifixión del Salvador. Él fue tratado como
pecador para que Él a su vez pudiera redimir al mundo que yacía en el
pecado.
Pointing to the Brazen Serpent