LA DESOLACIÓN DE JERUSALEM.
Nabucodonosor, después de haberle sacado los ojos al rey Sedequías, lo
desterró, junto con todo su pueblo, a Babilonia, y quemó la ciudad de
Jerusalem con su bellísimo templo. Dicen las Escrituras que la ciudad
permaneció desolada durante setenta años.
Estos setenta años de desolación les vinieron a los israelitas como castigo
por no observar debidamente los Jubileos según era mandado por Jehová. Cada
vez que se cumplía una cincuentena, el año quincuagésimo debía ser el
Jubileo en que se cancelaban las deudas, y las propiedades se devolvían a
los dueños originales, simbolizando de esta manera los Tiempos de la
Restitución. (Hechos 3:19-21). Pero los israelitas, como las demás naciones,
eran egoístas e interesados y, conociendo que esa costumbre significaba
pérdidas para algunos de ellos, la dejaron de celebrar.
Explica Dios que el número total de Jubileos fue incluido en los setenta
años de desolación en que descansó la tierra “para que se cumpliese la
palabra de Dios por boca de Jeremías; hasta que la tierra hubo gozado de sus
sábados; pues todos los días de su desolación descansó hasta cumplirse
setenta años.” -2 Crónicas 36:21; Jeremías 25:11.
Parece razonable suponer que si el número completo de Jubileos debió ser
setenta, y si cada ciclo constaba de cuarenta y nueve años, que setenta
ciclos desde el primer Jubileo indicarían el comienzo del Gran Jubileo -“el
Tiempo de la Restauración.” Esta fecha, según los cálculos que se han hecho,
fue el año 1874. Es la opinión de muchos que estamos viviendo en los tiempos
del Gran Jubileo del prototipo, y que poco a poco la humanidad volverá a
todos sus derechos y privilegios durante los mil años de este Jubileo. El
desasosiego de todas las clases sociales es un indicio de que ya principia a
efectuarse el cambio. Estamos en los comienzos de una Nueva Era. El aumento
de instrucción pública ha ensanchado la capacidad mental que a su vez ha
emancipado a la humanidad de muchos de sus yugos, y bien pronto el Reino del
Mesías multiplicará esos beneficios y levantará la condena de la faz de la
tierra para siempre. -Apocalipsis 21:4, 5.
Blowing Jubilee Trumpets
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